CONSUMO

Los empresarios españoles, obligados por la CE a mejorar la seguridad de los juguetes

La entrada en vigor del mercado único europeo, prevista para 1993, se ha adelantado tres años para los jugueteros españoles, ya que el próximo 1 de enero entrará en vigor una nueva directiva de la CE, sobre las normas de seguridad que han de cumplir todos los juguetes en el ámbito comunitario. No obstante, los jugueteros consideran que los productos españoles, en su mayoría, están homologados con los europeos y que la nueva medida servirá para disuadir a los fabricantes que incumplen actualmente la normativa española, aunque afirman que no es éste el mayor problema que tienen planteado.
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La entrada en vigor del mercado único europeo, prevista para 1993, se ha adelantado tres años para los jugueteros españoles, ya que el próximo 1 de enero entrará en vigor una nueva directiva de la CE, sobre las normas de seguridad que han de cumplir todos los juguetes en el ámbito comunitario. No obstante, los jugueteros consideran que los productos españoles, en su mayoría, están homologados con los europeos y que la nueva medida servirá para disuadir a los fabricantes que incumplen actualmente la normativa española, aunque afirman que no es éste el mayor problema que tienen planteado.

Los empresarios españoles y han comenzado a colocar sobre sus juguetes las siglas CE que identificarán a todos aquellos productos que cumplen la di rectiva, aunque es probable que esta marca haya de modificarse ya que está registrada por un comerciante de Shanghai (China). Los jugueteros piensan que esta directiva disuadirá casi totalmente a aquellos fabricantes que incumplen actualmente la normativa española.En opinión del presidente de la Asociación de Investigación de la Industria del Juguete (AIJU), Rafael Serralta, los jugueteros españoles han estado siempre preparados, tanto en el campo del diseño, de la tecnología y la calidad como en el de la seguridad, tal y como lo demuestran los más de 20.000 millones de pesetas que el sector exportó en 1988.Romper la estacionalidad

Por ello, Serralta considera que para el sector es mucho más importante romper la estacionalidad de las ventas de juguetes que el reto europeo. A ello se unen otros problemas como el descenso de la natalidad, que ha provocado un importante estancamiento en las ventas en el mercado interior y por ello piden más apoyo de la Admi nistración para luchar contra la temporalidad de las ventas concentradas casi exclusivamente en Navidad y fin de curso.

Los empresarios se quejan del alto coste que supone la rea lización de campañas publicitarias que, en la mayoría de los casos, emprenden a solas los jugueteros. Según Seiralta, en los próximos años se producirán importantes fusiones entre las empresas del sector para poder afrontar la caída de las ventas en el mercado interior y para potenciar las exportaciones, sobre todo, al resto de los países comunitarios.

En estos momentos, los juguetes u objetos similares que pueden representar algún peligro para los niños son inmovilizados por el Instituto Nacional de Consumo (INC) a través de la red de alerta, previa coordinación don las comunidades autónomas. "Normalmente, la alerta viene de la Comunidad Europea (CE) y el INC hace un seguimiento para ver si el objeto alertado afecta a nuestro país", afirma Isabel Ruiz Urroz, jefa del servicio de inspección del NC.

Los casos más actuales han sido unos mecheros que simulan motos y otros objetos de juego que pueden ser muy atractivos para los niños; unos llaveros de fantasía, que llevan unos saquitos que contienen dos líquidos tóxicos. O el osito Suavinex, retirado del mercado el verano pasado porque sus partes blandas se desprendían con una facilidad que hacía muy fácil su deglución.

En 1987 se inmovilizaron en cuestión de horas unos indios comanches y unos vaqueros por tener exceso de plomo, y por el mismo problema, frecuente en los juguetes, se retiraron unos tazones especiales. Otras veces el peligro es que se desprende una pieza, como el payaso musical que perdía la nariz, o la araña silbadora a la que se le caía el silbato.

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