HACÍA UNA NUEVA EUROPA

Cautela de la Internacional Socialista ante la admisión de partidos del Este

Internacional Socialista (IS) se ha mostrado muy prudente, en la reunión del consejo que terminó ayer en Ginebra, sobre la admisión de los nuevos partidos socialistas o socialdemócratas que están surgiendo en los países del Este, en espera de la evolución de los acontecimientos y de la celebración de elecciones libres. El Partido Socialista de Hungría (PSU), creado hace unas semanas tras el harakiri del partido comunista, ha pedido formalmente su ingreso en la IS, así como los partidos social demócratas húngaro y alemán oriental, este último fundado hace menos de dos meses.

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Internacional Socialista (IS) se ha mostrado muy prudente, en la reunión del consejo que terminó ayer en Ginebra, sobre la admisión de los nuevos partidos socialistas o socialdemócratas que están surgiendo en los países del Este, en espera de la evolución de los acontecimientos y de la celebración de elecciones libres. El Partido Socialista de Hungría (PSU), creado hace unas semanas tras el harakiri del partido comunista, ha pedido formalmente su ingreso en la IS, así como los partidos social demócratas húngaro y alemán oriental, este último fundado hace menos de dos meses.

La Internacional Socialista se declara "activa y receptiva", según la representante del PSOE, Elena Flores, pero cualquier decisión sobre la admisión está "pendiente de la representatividad" que alcancen esos partidos en elecciones libres y secretas.De todas formas, la organización distingue entre las formaciones socialdemócratas históricas, como el SDP húngaro, que ya perteneció a la IS, y los recién llegados al socialismo democrático, como el PSH, surgido del PSOH (partido comunista húngaro).

En relación al PSH, la resolución aprobada por el consejo, bajo la presidencia del ex canciller alemán occidental Willy Brandt, afirma, que la "IS deberá examinar con cuidado si es capaz de dar continuidad a sus proyectos y a sus promesas de movimiento democrático pluralista".

Estas reservas se acompañan con la determinación de no dividir "el campo socialdemócrata" y de esforzarse para que en cada país exista una sola organización de esta ideología.

La IS apoyará, dice el texto, "la continuidad del proceso de reforma en la Europa del Este", con la "voluntad de contribuir a una evolución progresiva y pacífica dentro del objetivo de impedir todo cambio brusco y violento, que podría comprometer la estabilidad en Europa".

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Checoslovaquia y Rumania merecieron resoluciones separadas: en el primer caso, para pedir al Gobierno de Praga que se abstenga del uso de la fuerza contra el movimiento popular, y en el segundo, para condenar al régimen "dictatorial" de Nicolae Ceaucescu.

Como medidas concretas, la IS recomienda a los partidos miembros apoyar decisiones de ayuda urgente, soluciones para los problemas de la deuda exterior, de la renovación de infraestructuras y de la protección del medio ambiente. Los partidos socialistas y socialdemócratas se pronuncian a favor de las propuestas de la CE de crear un banco de desarrollo de los países del Este y respaldan asimismo las operaciones de transferencia de tecnología, la apertura de mercados para productos del Este y la asistencia en materia de formación profesional. La noruega Gro Harlem Brundtland pidió que la ayuda al Este no se haga en detrimento del diálogo Norte-Sur.

La vuelta a la situación anterior tras la revolución pacífica ocurrida en Polonia, Hungría y la RDA es, para el consejo de la IS, "prácticamente imposible", aunque "nadie puede excluir algunos retrocesos serios". La IS advierte que no puede descartarse que "una corriente nacionalista y reaccionaria" obstaculice las reformas. Los dirigentes socialistas expresaron en conferencia de prensa su deseo de que el socialismo democrático se imponga y que "el fracaso del comunismo no signifique una victoria del liberalismo", en palabras del primer secretario del Partido Comunista Francés, Pierre Mauroy.

El líder socialista italiano, Bettino Craxi, lanzó en su intervención en el consejo un dardo a Mauroy por las buenas relaciones que los socialistas franceses mantienen con el Partido Comunista Italiano (PCI) en el marco de la euroizquierda.

La Internacional Socialista aprobó, por otra parte, una resolución en la que pide el alto el fuego en la guerra civil de El Salvador, la suspensión de los envíos militares y el condiciona miento de la ayuda al Gobierno de Alfredo Cristiani al respeto de los derechos humanos.

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