Descubierta en Barcelona una garrafa de agua con lejía

Un primer análisis del agua embotellada que el pasado lunes causó quemaduras leves en el esófago y el estómago a Sonia Soto Martínez, de 17 años, confirmó ayer que contenía ligeras concentraciones de lejía, de acuerdo con el informe preliminar elaborado por el Instituto de Toxicología de Barcelona. El agua contaminada, de la marca Font Lis, la había adquirido la familia de la afectada en un supermercado de alimentación del barrio de La Verneda, en Barcelona. Font Lis tiene factorías de embotellamiento en Valencia y en Badalona (Barcelona).La policía intervino el lunes una partida de 130 garraf...

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Un primer análisis del agua embotellada que el pasado lunes causó quemaduras leves en el esófago y el estómago a Sonia Soto Martínez, de 17 años, confirmó ayer que contenía ligeras concentraciones de lejía, de acuerdo con el informe preliminar elaborado por el Instituto de Toxicología de Barcelona. El agua contaminada, de la marca Font Lis, la había adquirido la familia de la afectada en un supermercado de alimentación del barrio de La Verneda, en Barcelona. Font Lis tiene factorías de embotellamiento en Valencia y en Badalona (Barcelona).La policía intervino el lunes una partida de 130 garrafas, de la que formaba parte la que contenía el agua envenenada. Los envases fueron precintados y permanecen depositados en el supermercado. Las autoridades sanitarias del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat de Cataluña no habían podido realizar ayer el análisis del agua de las garrafas confiscadas al no tener autorización judicial.

Sonia Soto permaneció varias horas ingresada en el hospital del Vall d'Hebron a causa de las quemaduras que sufrió en el aparato digestivo. El centro sanitario remitió un parte médico al juzgado de guardia comunicando que había ingresado una paciente con lesiones producidas por la ingestión de agua en mal estado. El análisis que los laboratorios del hospital realizaron de la muestra de agua facilitada por la familia señaló que su PH o grado de acidez era superior a lo normal. El agua desprendía además un fuerte olor a lejía.

La policía no quiso pronunciarse ayer sobre la supuesta conexión entre el agua adulterada de Barcelona con los casos que sen han registrado en los últimos días en el País Vasco, donde varias personas han sufrido lesiones por ingerir agua envenenada con lejía.

La investigación está condicionada a los resultados definitivos que se desprendan de los análisis del agua y de los propios envases de plástico. Las hipótesis que ayer se barajaban abarcaban un amplio abanico de posibilidades: desde un fallo en el sistema de depuración del agua antes del envasado, hasta una manipulación malintencionada.

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