TRIBUNALES

Altos cargos de Bellvitge culpan al director médico por la transfusión con SIDA

Antonio Martín Jimeno, administrador del hospital de Bellvitge, y Xavier Alarcón, jefe del servicio de suministros, manifestaron ayer que el expediente para la compra de las pruebas de detección del virus del SIDA fue paralizado por orden del ex director médico, Josep Maria Capdevila Miravet. Fortunato Frías, ex gerente del centro y uno de los acusados por las transfusiones irregulares realizadas en el hospital, manifestó ante el tribunal de la Audiencia de Barcelona que Capdevila asumía competencias que no eran suyas.Martín Jimeno aportó un informe que precisa que el ex director médico dio la...

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Antonio Martín Jimeno, administrador del hospital de Bellvitge, y Xavier Alarcón, jefe del servicio de suministros, manifestaron ayer que el expediente para la compra de las pruebas de detección del virus del SIDA fue paralizado por orden del ex director médico, Josep Maria Capdevila Miravet. Fortunato Frías, ex gerente del centro y uno de los acusados por las transfusiones irregulares realizadas en el hospital, manifestó ante el tribunal de la Audiencia de Barcelona que Capdevila asumía competencias que no eran suyas.Martín Jimeno aportó un informe que precisa que el ex director médico dio la orden de retirar el expediente para la compra de los reactivos del SIDA el 11 de noviembre de 1986, cuando ya había entrado en vigor el decreto de la Generalitat que obligaba a realizar las pruebas. Xavier Alarcón precisó ante el tribunal que Capdevila le indicó que retirase el expediente de los reactivos sin darle ninguna justificación. El ex director médico siempre ha negado este extremo.

El expediente para adquirir los reactivos se inició en julio de 1986, pero no fue aprobado hasta febrero de 1987 y durante, tres meses el hospital utilizó sangre sin los controles oportunos, pese a la orden de la Generalitat.

En la sesión del juicio de ayer, el administrador del hospitid aseguró que ningún miembro de su departamento pudo decidir paralizar el expediente de las pruebas del SIDA, "porque para ello se requiere la autorización de la dirección médica", añadió.

Martín Jimeno explicó que cuando finalmente se realizó el pedido, el coste de 200 cajas del reactivo, cantidad necesaria para un año, ascendía a 7.200.000 pesetas, valor insignificante para el presupuesto de un centro sanitario como el de Bellvitge.

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