En busca del lector europeo

Encuesta entre 270 españoles, franceses y alemanes occidentales que han leído el mismo libro

La nacionalidad del lector influye en la interpretación de la obra. Eso es al menos lo que se desprende de una investigación realizada entre 270 personas de tres países -España, Francia y la República Federal de Alemania (RFA)- que han leído el mismo libro, pero que lo han interpretado de forma distinta según la nacionalidad del lector, aunque en este caso sería más exacto decir según su cultura. Las conclusiones de esta encuesta se presentarán el día 20 en Estrasburgo, en el marco del Carrefour de las Literaturas Europeas, que se celebra del 16 al 22 de octubre.

A iniciativa del Consej...

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La nacionalidad del lector influye en la interpretación de la obra. Eso es al menos lo que se desprende de una investigación realizada entre 270 personas de tres países -España, Francia y la República Federal de Alemania (RFA)- que han leído el mismo libro, pero que lo han interpretado de forma distinta según la nacionalidad del lector, aunque en este caso sería más exacto decir según su cultura. Las conclusiones de esta encuesta se presentarán el día 20 en Estrasburgo, en el marco del Carrefour de las Literaturas Europeas, que se celebra del 16 al 22 de octubre.

A iniciativa del Consejo de Europa y del Carrefour, el departamento de Sociología de la Literatura de la Escuela de Altos Estudios de París realizó una investigación entre marzo y octubre en busca del lector europeo. Bajo la dirección de Jacques Leenhardt, los sociólogos seleccionaron a 270 lectores en España, Francia y la RFA y les dieron a leer el mismo libro.La selección se realizó entre personas de ambos sexos, de origen social diverso y de tres tramos de edad (menos de 20 años, entre 20 y 45 y más de 45), que fueran, respectivamente, estudiantes de bachillerato, lectores de tres diarios (EL PAÍS, en España; Les Dernières Nouvelles d'Alsace, en Francia, y Frankfurter AlIgemeine Zeitung, en la RFA) y visitantes habituales de tres bibliotecas.

El libro elegido fue la novela Le grand cahier (El gran cuaderno, Seix Barral), de la escritora húngara Agota Kristof, que vive. exiliada en la ciudad suiza de Neuchatel. Esta novela corta reunía la primera condición -ser de un autor extraño a las tres culturas investigadas-, podía encontrarse en libro de bolsillo en las tres lenguas y contaba una historia ideal para los fines de la encuesta: dos hermanos gemelos que quedan separados de sus padres al final de la II Guerra Mundial inician un proceso de socialización en el que deben inventar normas de conducta y sobrevivir a veces mediante el recurso a la delincuencia.

Lejos de los acostumbrados análisis cuantitativos, se trataba aquí de una encuesta cualitativa, en la que se preguntaba la opinión del lector sobre la guerra o la moral. "La ambición de nuestro trabajo era descubrir cómo la lectura transforma al lector y cómo el lector transforma la lectura", ha señalado el director de la encuesta.

Moral

Las primeras conclusiones de la investigación indican que Le grand cahier ha sido leído de forma distinta por españoles, franceses y alemanes.En relación al comportamiento de los protagonistas, los españoles privilegian una moral del sentimiento por encima de los contenidos éticos; los franceses afirman que la moral reside en la coherencia de una actitud consecuente con unos principios que pueden variar, y los alemanes, en cambio, destacan la naturaleza de esos principios, que deben formar una moral única y universal.

Los lectores españoles son los únicos que echan en falta un final feliz en la novela para contrarrestar las desgracias de la guerra. Los franceses consideran, por el contrario, que la historia de los dos hermanos acaba con su llegada a la edad adulta, mientras que los alemanes ponen el acento, como los españoles, más bien en la guerra, pero para concluir que el conflicto y la novela terminan con la paz.

Estas interpretaciones literarias remiten al modo en que cada europeo lee la obra, es decir, si la atención se centra en los personajes o en los temas. Los franceses se fijan más en los protagonistas individuales, al contrario que los alemanes, mientras los españoles priman la sensibilidad.

Estas observaciones, como reconocen los autores de la encuesta, se parecen a los arquetipos que se tienen del francés individualista y cartesiano, del alemán disciplinado y del español ardiente y sentimental.

En cualquier caso, parece claro que no existe un lector europeo, porque la educación, la religión o el sustrato cultural distintos, todo lo que forma la memoria del lector, varía mucho de un país a otro.

Las conclusiones de la encuesta serán objeto el viernes de un debate en el hemiciclo del Consejo de Europa, al que asistirán Agota Kristof y los lectores de los tres países europeos. Ésta será una de las manifestaciones del Carrefour de las Literaturas Europeas, que reúne en Estrasburgo a 70 escritores con el objetivo de mostrar la vitalidad de las diferentes corrientes literarias.

Entre los actos destacan un homenaje a Elías Canetti, premio Nobel de Literatura en 1981; tres jornadas dedicadas a la lengua y la literatura yiddish, y un recuerdo de la ayuda proporcionada a los intelectuales y artistas por Dany Benedite, cuya red permitió la emigración clandestina de muchos durante la ocupación nazi de Francia. Han sido invitados a los encuentros Anthony Burgess, José Saramago, Erik Orsenna y Jean Vautrin, entre los extranjeros.

Los españoles invitados son Joan Perucho, Javier Tomeo, Juan José Millás, Vicente Molina Foix, Antonio Muñoz Molina, José Antonio Gabriel y Galán y Rafael Conte.

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