Severino: "Vivimos en la civilización del desorden"

Dos obras del pensador italiano aparecerán en breve en España

Se llama Emanuele Severino. Nació en 1929 en Brescia (Italia) y es uno de los filósofos más interesantes del actual panorama italiano y europeo. Su última obra, El yugo, dedicada al pensamiento de Esquilo, acaba de aparecer en Italia, mientras que dos editoriales españolas preparan sendas traducciones suyas. Ha pasado por Barcelona para hablar de Europa, de su "unidad dentro de la heterogeneidad", y afirma que el hombre de hoy "es el hombre del desorden" más aún, que "vivimos en la civilización del desorden". Una Europa que él ve como una totalidad de raíz común.

Hasta ahora, el lec...

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Se llama Emanuele Severino. Nació en 1929 en Brescia (Italia) y es uno de los filósofos más interesantes del actual panorama italiano y europeo. Su última obra, El yugo, dedicada al pensamiento de Esquilo, acaba de aparecer en Italia, mientras que dos editoriales españolas preparan sendas traducciones suyas. Ha pasado por Barcelona para hablar de Europa, de su "unidad dentro de la heterogeneidad", y afirma que el hombre de hoy "es el hombre del desorden" más aún, que "vivimos en la civilización del desorden". Una Europa que él ve como una totalidad de raíz común.

Hasta ahora, el lector en castellano podía leer una obra de Severino, una historia de la filosofía dividida en tres volúmenes. Texto fundamentalmente de divulgación, ya ahí muestra Severino su visión globalizante del pensamiento, dentro de un cierto hegelianismo que anota la historia como un todo. Dentro de poco, las librerías españolas ofrecerán otros dos textos. La esencia del nihilismo está siendo traducida por Taurus, Las tendencias fundamentales de nuestro tiempo, por Pamiela.Para Severino, que estos textos lleguen a España es importante ya que cree que no basta con pensar la historia sino que, por el contrario, es necesario para el pensador actual romper con ella, pensar de nuevo algunos conceptos desde una nueva perspectiva. De hecho, el texto que publicará la editorial Taurus es casi nuevo, ya que la versión alemana es diferente de la italiana y la española será diferente de ambas, pues Severino ha eliminado algunos fragmentos que ya no suscribe y añadido algunos con nuevos desarrollos.

A lo largo de su vida ha sido profesor en las universidades de Pavía (1952-1954), Milán (19541969) y Venecia, donde aún permanece. Sus publicaciones se iniciaron, como las de tantos otros filósofos formados en la inmediata posguerra mundial, con un texto sobre Heidegger, que rápidamente le llevó hacia Nietzsche, un pensador cuyo ároma está presente en buena parte de su escritura.

Una raíz común

Pero Severino no es meramente un pensador académico, obsesionado por problemas eruditos. Periódicamente participa en discusiones de actualidad desde un diario italiano y su presencia en el ciclo de conferencias sobre la Europa de final de siglo, que se ha celebrado en Barcelona organizado por la fundación Acta, ha sido una muestra de ello. Su intervención se centró en la idea de Europa y fue un intento de apro ximación, desde la filosofia, a la Europa de hoy, política, económica y social."Europa", afirma, "es una gran realidad". Y por Europa entiende no sólo la parte Occidental del continente sino "todo lo que se desarrolla a partir de una raíz común. Una raíz que nace en Grecia pero que es,capaz de ser el terreno de todos los fenómenos de civilización. Europa es tanto Occidente como sus derivaciones bizantinas y la parte oriental, donde hoy aparece un interesante marxismo en evolución". Europa es, en suma, "la fórmula originaria de la voluntad de poder".

Esta voluntad de poder "es la condición de la realidad histórica que supone una voluntad de dominio. Si la realidad fuera de cristal, no podría ser dominada, pero si es fluida se convierte en temporal y puede ser sometida a dominio".

La temporalidad es un conepcial en su pensarniento. En realidad, en sus últimos textos, Severino trata de romper la noción tradicional de tiempo, pensar sobre la base de esquemas temporales alejados de los que proporciona la física convencional. Y es que el factor esencial de nuestra visión del mundo ha sido su "devenir". Un devenir que augura lo imprevisble y frente al cual los pensadores han reaccionado intentando la elaboración de un orden que aleje al hombre del terror de lo imprevisto, del caos.

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