El Reino Unido quiere crear un sistema de etiquetado ecológico en la Comunidad Europea

"La Guía verde del consumidor es beligerante, así que los fabricantes harían bien en adaptarse a la nueva realidad". Éste es el aviso que ha dado la nueva titular del Ministerio del Medio Ambiente, Virginia Bottombeley, quien ha dejado claro qué postulados defiende en el tema de los derechos medioambientales. Cada vez hay más gente interesada en conocer si los productos que compra son nocivos para la naturaleza, pero desconfía de las etiquetas "Amigo de la ecología" que los fabricantes se han encargado de pegar en sus productos. Para evitar este recelo entre los consumidores, los responsables ...

"La Guía verde del consumidor es beligerante, así que los fabricantes harían bien en adaptarse a la nueva realidad". Éste es el aviso que ha dado la nueva titular del Ministerio del Medio Ambiente, Virginia Bottombeley, quien ha dejado claro qué postulados defiende en el tema de los derechos medioambientales. Cada vez hay más gente interesada en conocer si los productos que compra son nocivos para la naturaleza, pero desconfía de las etiquetas "Amigo de la ecología" que los fabricantes se han encargado de pegar en sus productos. Para evitar este recelo entre los consumidores, los responsables británicos del Medio Ambiente quieren crear un sistema de etiquetado ecológico común para toda la Comunidad Europea.

Los responsables británicos del área del Medio Ambiente tienen preparada una propuesta para presionar en favor de la creación, en breve, de un amplio sistema comunitario de etiquetado ecológico, que presentarán el próximo mes en la reunión de los ministros de Medio Ambiente. Existe la preocupación de que la proliferación de modelos diferentes podría complicar la creación de un mercado único europeo al aumentar las barreras frente a la carrera por la libre circulación en el 92. Los franceses y los holandeses, por ejemplo, están realizando estudios de posibilidades con miras a preparar sus propios proyectos para el próximo año. Por su parte, la RFA tiene ya su propio modelo de etiquetado.La repentina fiebre verde que ha sacudido a Gran Bretaña durante el año pasado ha conocido el incremento de las mercancías etiquetadas con la frase "Amigos de la ecología", pero casi ninguna de carácter oficial y en su mayoría ¡legales. Ahora es común que los fabricantes de aerosoles presuman de que sus sprays no contienen CFC y que son "Amigos de la ecología". Pero no tienen ningún reparo en ocultar que estos CFC han sido sustituidos por hidrocarburos como el butano y el pentano, que ayudan a la creación de smog y a aumentar el efecto invernadero.

De acuerdo con la propuesta del Gobierno británico, el etiquetado ecológico, que debería tener un logotipo de fácil identificación, estaría basado en los criterios básicos elaborados por un conjunto de minoristas, productores, consumidores y ecologistas, asesorados por instituciones estatales.

Válido por tres años

La elección de qué productos estarán cualificados para este proyecto de etiquetado voluntario puede ser realizada a nivel nacional y tener una validez comunitaria. El etiquetado, que sería válido durante tres años, podría incluir también premios a los productores por reducir el agotamiento de los recursos naturales (utilizando materiales reciclados), o por sustituir ingredientes nocivos en sus productos (como fosfatos en los detergentes, cadmio y mercurio en las pilas, así como por reducir los niveles de ruido en segadoras mecánicas y aspiradoras). Sin embargo, los británicos no quieren que el proyecto incluya comidas ni bebidas.

La propuesta de un sistema europeo de etiquetado ecológico ha sido muy bien recibida por los alemanes occidentales, la comunidad más concienciada en temas de medio ambiente, que desde 1978 viene desarrollando su propio proyecto, denominado Blue Angel. El número de productos que han sido premiados oficialmente con el nombre de "Amigos de la ecología" se eleva a 2.500.