Seineldín dice que queda sin efecto el acuerdo que puso fin a la rebelión de Villa Martelli

El coronel argentino Mohamed Alí Seineldín, que encabezó el amotinamiento de militares ultraderechistas de Villa Martelli, anunció en una carta que considera "sin efecto" el acuerdo logrado el pasado diciembre que puso fin a los enfrentamientos entre tropas rebeldes y leales en las cercanías de la capital argentina.

No se advierte una amenaza abierta en la carta de Seineldín, aunque parece clara la intención de presionar sobre el actual Gobierno radical y el peronista, que asumirá el poder el próximo 8 de julio, para dar fuerza a las exigencias de los militares ultraderechistas.Sein...

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El coronel argentino Mohamed Alí Seineldín, que encabezó el amotinamiento de militares ultraderechistas de Villa Martelli, anunció en una carta que considera "sin efecto" el acuerdo logrado el pasado diciembre que puso fin a los enfrentamientos entre tropas rebeldes y leales en las cercanías de la capital argentina.

No se advierte una amenaza abierta en la carta de Seineldín, aunque parece clara la intención de presionar sobre el actual Gobierno radical y el peronista, que asumirá el poder el próximo 8 de julio, para dar fuerza a las exigencias de los militares ultraderechistas.Seineldín, jefe de los carapintadas, está sometido a un cómodo arresto en un regimiento del barrio bonaerense de Palermo. Allí, el coronel rebelde despacha con políticos de todo color -almuerzos de trabajo incluidos- y recibe a sus amistades. El pasado viernes, Seineldín se presentó al general que manda la unidad donde está arrestado y le entregó una carta. La misiva de Seineldín se ha convertido en el éramos pocos y parió la abuela de la difícil transmisión de mando en Argentina. Por si la situación económica no fuese suficientemente calamitosa, ahora se suma el problema militar.

El coronel no tiene quien le escriba, porque lo hizo de su puño y con letra nerviosa e inclinada a la derecha. Bajo el membrete Mohamed Alí Seineldín. Coronel, fechada en "Buenos Aires, 16 de junio de 1989" y dirigida "Al Señor General de Brigada Don Pablo Skalany" la carta dice textualmente: "Cumplo en informarle, que en el día de la fecha, dejo sin efecto el Acuerdo de Villa Martelli. Fundamento esta lamentable resolución, en que el mismo jamás fue reconocido, ni cumplido, por parte del Estado Mayor General del Ejército.

Adjunto le remito un Documento, que le aclarará algunos aspectos. Ruego a Ued., tenga a bien hacer tomar conocimiento a las Personas que Ued. crea conveniente.

Con mi reconocimiento a su digna persona y a sus preocupaciones a lo largo de seis duros meses, buscando la Unidad del Ejército, lo saludo muy cordialmente". Debajo va la firma y se añade, en caracteres de imprenta: "M. Alí Seineldin. Coronel"

Alcance de la carta

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El jefe del II Cuerpo del Ejército de Tierra, general Isidro Cáceres, declaró que "no hubo otro acuerdo que el de reivindicar la dignidad" militar.Los exégetas se dedican ahora febrilmente en Buenos Aires a interpretar el alcance de la carta de Seineldín. Los optimistas suponen que se trata sólo de presionar para conseguir los objetivos de los carapintadas. Los pesismistas esperan una remezón de la crisis militar antes de la transmisión del mando presidencial.

La carta de Seineldín cae en terreno abonado, cuando están abiertas las usinas de rumores y toda clase de conjeturas sobre una posible amnistía a los militares. El presidente saliente, el radical Raúl Alfonsín, y el entrante, el peronista Carlos Menem, parecen empeñados en dejar en duda ante la opinión pública argentina cuál de los dos miente.

Menem aseguró, en unas declaraciones publicadas como textuales por el periódico Ámbito Finaciero, que en su segunda entrevista con Alfonsín, el pasado 31 de mayo, el presidente saliente "me presentó a mí un decreto firmado de indulto para los militares y quería que yo pusiera mi firma convalidando la medida".

A través del vocero presidencial, Ignacio López, Alfonsín negó haber presentado esa propuesta a Menem. El futuro presidente ratificó sus declaraciones. La conclusión es que no hay posibilidad de averiguar la verdad, ya que la entrevista se celebró cara a cara y por los jardines de la residencia presidencial de Olivos. Ante estas discrepancias y las vacilaciones del poder civil Seineldín y sus muchachos tratan de sacar tajada.

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