"Fracaso total"

C. F., La Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) inició a principios del año 1986 una campaña para pedir la retirada de más de 20.000 pararrayos radiactivos, instalados preferentemente en hospitales, colegios y edificios oficiales.

En junio del mismo año, la instalación de nuevos dispositivos quedaba prohibida por decreto. También se regulaba la forma y plazo para solicitar la retirada de los ya instalados, con Enresa como brazo ejecutor.

Treinta meses después, la asociación ecologista sólo tiene dos palabras para valorar lo hecho hasta ahora: "Fracaso...

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C. F., La Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) inició a principios del año 1986 una campaña para pedir la retirada de más de 20.000 pararrayos radiactivos, instalados preferentemente en hospitales, colegios y edificios oficiales.

En junio del mismo año, la instalación de nuevos dispositivos quedaba prohibida por decreto. También se regulaba la forma y plazo para solicitar la retirada de los ya instalados, con Enresa como brazo ejecutor.

Treinta meses después, la asociación ecologista sólo tiene dos palabras para valorar lo hecho hasta ahora: "Fracaso total". En Madrid, con un censo de más de 4.000 pararrayos radiactivos, sólo se recibieron 270 solicitudes de retirada en dos años. En toda España, la cosa no fue mucho mejor: 2.636 solicitudes, poco más del 10% del censo estimado.

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Según Ladislao Martínez, portavoz de la asociación ecologista, "Enresa no podía haberlo hecho peor". "No sólo ha sido incapaz de motivar a los propietarios de los pararrayos, sino que tampoco ha sido capaz de encontrar un solo lugar donde almacenarlos", afirma.

El último intento de Enresa por motivar a los ayuntamientos lleva fecha del 30 de diciembre: una orden ministerial que promete recompensas de hasta 350 millones anuales para los municipios que se presten a almacenar los pararrayos.

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Mientras tanto, los cabezales radiactivos seguirán ondeando en edificios tales como el palacio de la Zarzuela, el palacio Real, el Congreso de los Diputados, el Museo del Prado, el Ayuntamiento de Madrid, la sede del Partido Socialista Obrero Español o el propio Consejo de Seguridad Nuclear.

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