Latinoamérica y la OLP, metas europeas de González

El presidente del Gobierno español, Felipe González, ahogó ayer por que la Comunidad Europea (CE) tome en breve, acaso durante la presidencia española, una doble iniciativa dirigida a Oriente Próximo, considerando de una vez a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como un interlocutor válido, y hacia Latinoamérica, institucionalizando el diálogo con ese subcontinente e intentando aliviar su impresionante deuda externa. González pronunció un discurso europeísta en la capital belga ante la s Grandes Conferencias Católicas, un foro al que han acudido varios dirigentes europeos....

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El presidente del Gobierno español, Felipe González, ahogó ayer por que la Comunidad Europea (CE) tome en breve, acaso durante la presidencia española, una doble iniciativa dirigida a Oriente Próximo, considerando de una vez a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como un interlocutor válido, y hacia Latinoamérica, institucionalizando el diálogo con ese subcontinente e intentando aliviar su impresionante deuda externa. González pronunció un discurso europeísta en la capital belga ante la s Grandes Conferencias Católicas, un foro al que han acudido varios dirigentes europeos.

González satisfizo a un auditorio en el que figuraban el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y los dos comisarios españoles, Manuel Marín y Abel Matutes, numerosos euro funcionarios, así como el nuncio apostólico y el titular belga de Asuntos Exteriores, Leo Tindemans, que presentó en términos muy elogiosos al orador español.La alocución, pronunciada en castellano, del presidente español estuvo dedicada a exponer su visión de la Unión Europea a largo plazo, y más concretamente de los pasos que para lograrla se podrán dar durante el primer semestre de 1989, cuando España encabece la CE. Pero también aprovechó la ocasión para contestar indirectamente a la primer ministra británica, Margaret Thatcher, que en septiembre hizo, al inaugurar el año escolar en el Colegio de Europa de Brujas (Bélgica), un discurso muy polémico sobre el futuro de la Comunidad.

Además de su vertiente económica y de la emergencia de una ciudadanía común, la Unión Europea implica a largo plazo una política exterior y de seguridad común, indispensable para "recuperar y realzar el papel de Europa en el mundo". según González. Para lograr el triple objetivo de la Unión Europea, el jefe del Gobierno español proponía en unas páginas del texto oficial del discurso que no fueron leídas, 10 medidas entre las que destacaba la creación de un Centro de Análisis y de Previsión para planificar la política exterior y de seguridad de los doce.

Otras proposiciones consistían en crear una Agencia Europea de Seguridad, ya propuesta por el canciller alemán occidental, Helmut Kohl, ante las Grandes Conferencia Católicas, que sería una especie de policía federal europea. Sugirió poner, además, en pie una Agencia Europea de Cooperación Internacional para el Desarrollo, para aumentar la ayuda al Tercer Mundo hasta el 0,7% del PIB de la CE y permitir también la participación "de los ciudadanos comunitarios en su lugar de residencia a las elecciones locales y al Parlamento Europeo".

A más corto plazo, España "tiene el estímulo" de asumir por primera vez la presidencia de la CE y lo "concibe como un reto", según González, durante el que intentará impulsar los consabidos temas pendientes, como la dimensión social del mercado único, la libre circulación de personas, la armonización de la fiscalidad directa e indirecta, la solidaridad o cohesión económica y social y la cooperación monetaria. A esta lista, de sobra conocida, el presidente añadió dos asignaturas suplementarias.

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Oriente Próximo

La primera concierne el embrión de: política exterior común. "No podernos", efatizó, "defraudar las esperanzas de quienes confían en la iniciativa equilibrada de Europa" en Oriente Próximo. "I`11 esfuerzo realizado por la OLP ( ... ) necesita de una respuesta europea adecuada". "Ha llegado el momento de profundizar en la vía del diálogo con las partes y de considerar a la OLP como un interlocutor válido", a

lo que Londres, Bonn y La Haya se resisten. A la diplomacia española le gustaría ser mandatada por los doce para establecer contactos con todas las partes implicadas con vistas a favorecer activamente la convocatoria de una conferencia de paz.

Con América Latina, González preconiza institucionalizar con los ocho países del llamado Grupo de Río el diálogo político y desea, además, que la Comunidad tenga "iniciativas para abordar, junto con los demás países industrializados, la solución de los problemas de la deuda exterior de numerosos países de la región". La CE carece de competencias en esa materia, pero puede actuar como grupo de presión en el club de París y en el FMI.

La otra asignatura, relativa mente novedosa, añadida a la lista es el incremento de poderes para el Parlamento Europeo "Deberíamos actuar con la conciencia clara", afirmó el presidente, "de que el Parlamento que saldrá de las urnas el próximo junio será el último con las competencias actuales". "El siguiente será distinto, y hay que preparar la nueva etapa".

Aunque en ningún momento la nombró, el presidente español dedicó gran parte de su alocución a responder a la primera ministra británica, que en Brujas expuso un punto de vista muy restrictivo del futuro de la CE. González no dudó en reconocer que su visión de la Unión Europea parecía a algunos utópica, pero añadió: "Nunca me ha asusta de plantearme una meta que parezca utópica".

Rebatiendo uno por uno los argumentos de la dama de hierro, que teme que los traspasos de soberanía nacional hagan perder su identidad a los pueblos de Europa, González hizo hincapié en que los ciudadanos pueden sentirse belgas y europeos, franceses y europeos ( ... ) a la vez", y poco después sostuvo que no tiene "por qué haber una pérdida de soberanía en la construcción europea". "Hay un ejercicio compartido de la soberanía", matizó.

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