Crítica:CINE

Una actriz

Esta película apareció entre la lista de las películas designadas para optar a últimos oscar. No se lo llevó. La aspirante era su protagonista, Sally Klrkland, actriz entroncada en el teatro neoyorquino, que tuvo el consuelo de alcanzar otros premios más cercanos a ella, como el de los críticos neoyorquinos, que la debieron entender mejor que los del gremio californiano de Hollywood.Toda la película se resume en su actriz. Fuera de ella, apenas hay nada. Es una mezcla de drama y comedia, que al final se decanta por el lado dramático. Y suena -cosa muy muy típica de una buena parte del c...

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Esta película apareció entre la lista de las películas designadas para optar a últimos oscar. No se lo llevó. La aspirante era su protagonista, Sally Klrkland, actriz entroncada en el teatro neoyorquino, que tuvo el consuelo de alcanzar otros premios más cercanos a ella, como el de los críticos neoyorquinos, que la debieron entender mejor que los del gremio californiano de Hollywood.Toda la película se resume en su actriz. Fuera de ella, apenas hay nada. Es una mezcla de drama y comedia, que al final se decanta por el lado dramático. Y suena -cosa muy muy típica de una buena parte del cine de Nueva York- a percha para exclusivo lucimierito de la actriz.

El resto del filme queda desequilibrado a causa del excesivo peso de la actriz en la balanza donde se sopesan los ingredientes de la película. El espectador se desentiende poco a poco de todo lo que no concierna a Sally Kirkland, y esto no es buen síntoma.

Anna y Cristina

Dirección: Yurek Bogayevicz. Producción, Estados Unidos, 1988. Intérpretes: Sally Kirkland, Paulina Porizkova, Robert Fieds. Estreno en Madrid. Cine Alexandra, en versión original subtitulada.

El balance del filme se presume: película de actriz, que ni siquiera llega a ser enteramente lo que busca ser, debido a que las buenas calidades iniciales se van diluyendo poco a poco, para terminar barridas de la pantalla. Sally Kirkland da la medida de su gran valía, en oficio y en talento, pero una película debe ser más que un escaparate para una solista. Si esta solista no está bien arropada por la orquesta, acaba por fuerza desafinando.

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