Crítica:CINE

Lamento del invasor

El artista de la función es el locutor de una emisora militar que trabaja en Saigón en 1965. Entre canción y canción, Adrian Cronauer -ése es el nombre del locutor que interpreta Robin Willlams- logra que los soldados den como válido su nivel crítico y le conviertan en portavoz de su punto de vista.La película son sus intérpretes, con ese formidable Robin Williams, que a punto estuvo de ganar el Oscar, a la cabeza. Y si el protagonista es excelente, sería injusto no mencionar en este caso que entre la versión inglesa y la española no hay, diferencia de calidad gracias a la estupenda labor de d...

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El artista de la función es el locutor de una emisora militar que trabaja en Saigón en 1965. Entre canción y canción, Adrian Cronauer -ése es el nombre del locutor que interpreta Robin Willlams- logra que los soldados den como válido su nivel crítico y le conviertan en portavoz de su punto de vista.La película son sus intérpretes, con ese formidable Robin Williams, que a punto estuvo de ganar el Oscar, a la cabeza. Y si el protagonista es excelente, sería injusto no mencionar en este caso que entre la versión inglesa y la española no hay, diferencia de calidad gracias a la estupenda labor de doblaje y adaptación.

Cada uno de los personajes que aparecen en Good morning Vietnam está estupendamente tipificado. Eso y el imparable, ingenioso e imprevisible flujo verbal con el que Cronauer hace avanzar la trama son las bazas del filme, que está rodado de manera menos que discreta.

'Good morning, Vietnam'

Director: Barry Levinson. Intérpretes: Robin Williams, Forest Whitaker, Tung Than Tran, Bruno Kirby y Chintara Sukapatana. Guión: Mitch Markow'tz. Producción: Mark Jolinson y Larry Brezner Estadounidense. 1988. Estreno en Madrid en cines: Aluche, Amaya, Pompeya, e Infantas (V. O.).

El discurso del filme sobre la profesionalidad pasa por reducir todo el conflicto a la necesidad de que el locutor acepte enmascarar u ocultar la verdad. Otras cuestiones, que están ahí, como el hecho de que existiera, como mínimo, un doble bombardeo, el físico, y el cultural, la película ni se lo plantea. En el fondo, aunque contenga sus gramos de amargura y verdad, Good morning Vietnam no es otra cosa que el lamento del invasor poderoso que no comprende por qué no le aman.

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