Satisfacción unánime en Marruecos por la espectacular ayuda económica concedida por España

España ha hecho una apuesta de 125.000 millones de pesetas por la estabilidad y el desarrollo de Marruecos, coinciden en afirmar en Rabat fuentes de ambos países. Esta suma, la más importante jamás acordada por el Gobierno de Madrid a un país extranjero, permitirá un espectacular crecimiento en los próximos cinco años de la presencia de empresas y productos españoles en el país magrebí. Toda la Prensa marroquí dedica estos días sus principales informaciones y comentarios a la visita a Madrid de su ministro de Asuntos Exteriores, Abdelatif Filali, y al acuerdo por el que España pone a disposici...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

España ha hecho una apuesta de 125.000 millones de pesetas por la estabilidad y el desarrollo de Marruecos, coinciden en afirmar en Rabat fuentes de ambos países. Esta suma, la más importante jamás acordada por el Gobierno de Madrid a un país extranjero, permitirá un espectacular crecimiento en los próximos cinco años de la presencia de empresas y productos españoles en el país magrebí. Toda la Prensa marroquí dedica estos días sus principales informaciones y comentarios a la visita a Madrid de su ministro de Asuntos Exteriores, Abdelatif Filali, y al acuerdo por el que España pone a disposición de Marruecos estos créditos que reflejan su intención de reactivar la cooperación con el país magrebí. El tono general es de inequívoco contento.

Más información

La satisfacción es unánime al sur del Estrecho de Gibraltar. Marruecos está encantado con lo que en Rabat se llama el "nuevo idilio entre los países ribereños del Estrecho"."Algunos medios económicos marroquíes", llega a decir el diario L'Opinion, habitualmente crítico con el vecino del norte, "piensan que al ritmo actual de la cooperación entre los dos países, España puede arrebatar a Francia en el año 2000 el título de primer socio de Marruecos en los terrenos económico, comercial, industrial y turístico".

Para España tal objetivo es "deseable, pero lejano", señalan fuentes diplomáticas y económicas españolas en Marruecos. Consolidar una sólida segunda plaza de principal proveedor y cliente de Marruecos, "desdramatizar" el conflicto de las plazas de Ceuta y Melilla, multiplicar la presencia española, apostar por unas buenas relaciones con el vecino del sur, son las líneas maestras de la actual política exterior española.

Los medios españoles coinciden con los marroquíes en resaltar el "punto de inflexión" en las relaciones bilaterales que ha supuesto la visita de Filiali y el anuncio de un viaje de Hassan II a Madrid. "Estos acontecimientos son los más positivos desde la independencia de Marruecos", afirma una fuente diplomática española.

En el último año, Hassan II y su Gobierno han adoptado una muy discreta actitud respecto al contencioso de Ceuta y Melilla. El Rey no hizo la menor alusión a las plazas en litigio en su último discurso de la fiesta del trono.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Aomar Dudú, el otrora líder de los musulmanes melillenses, se recupera ahora en Nador de un accidente de tráfico, en medio de la total indiferencia de los medios de comunicación marroquíes. Desde su llegada al reino magrebí, Dudú vive una especie de exilio dorado, sin el menor protagonismo.

Los diarios del Gobierno y la oposición han recordado estos días en tono menor las diferencias sobre Ceuta y Melilla. Los istiqIqIis, L'Opinion y El Alam recordaron las tesis marroquíes y expresaron su total confianza en una solución amistosa del problema.

El comunista Al Bayane escribió que "puede encontrarse una salida negociada y justa a la cuestión de los presidios, que satisfaga a la vez nuestras ineludibles preocupaciones territoriales y los comprensibles si no legítimos intereses españoles".

Ausencia de crispación

En Le Matin du Sahara, el editorialista oficioso del reino Mulay Ahmed Alaui recordó el 19 aniversario de la recuperación marroquí de Sidi Ifni y añadió: "Es seguro que los puertos y ciudades ocupadas en el norte seguirán el mismo proceso y nos serán restituidas. Es una cuestión de tiempo".

Pero la ayuda financiera española pesaba esta vez mucho más. Todos los periódicos citados, todas las fuentes marroquíes consultadas por EL PAÍS han mostrado su contento por el empuje que los 125.000 millones de pesetas van a dar al papel de España en Marruecos.

"Hacía mucho tiempo que las relaciones entre los dos países ribereños del Estrecho de Gibraltar no habían conocido un período tan positivo, tan descrispado, señaló Al Bayane.

"Marruecos y España han superado en los últimos meses sus principales problemas", declaró a EL PAÍS Abdelatif Filali, antes de emprender su viaje a Madrid. El ministro de Asuntos Exteriores marroquí puso el acento en la firma del acuerdo de pesca, el reconocimiento por España del derecho al libre tránsito de los productos agrícolas marroquíes destinados al mercado europeo, y la decisión española de relanzar con energía la cooperación de todo tipo con el reino de Marruecos.

Madrid, manifestó Abdelatif Filali, "ha evolucionado en su modo de concebir sus relaciones con su vecino meridional, en una línea que Marruecos ha deseado siempre".

Esa "nueva visión" española sobre Marruecos explican fuentes del palacio de Santa. Cruz, corresponde al actual papel de España como "país sin complejos, miembro de la CE y en plena expansión".

Entrevista con Guerra

Más que a los encuentros de Filali con el rey Juan Carlos, el presidente González o su colega Fernández Ordóñez, los medios políticos y periodísticos marroquíes han restado particular atención a su entrevista con Alfonso Guerra.

"Hasta ahora", escribe L´Opinion, el número dos del partido socialista y del Gobierno se había consagrado exclusivamente a las relaciones con Argelia". La reconciliación entre Argelia y Marruecos, se dice en Rabat, ha quitado un tradicional quebradero de cabeza de la política magrebí española.

La única sombra que pesa sobre el inmediato futuro de las relaciones bilaterales es la posible exigencia por parte de España de visados a los viajeros marroquíes.

Archivado En