EL FUTURO DEL COMUNISMO

El poder de lo cotidiano, en manos de los 'soviets'

La reforma aprobada en la Conferencia del PCUS divide los poderes entre el partido, cuyas funciones serán la dirección política, ideológica y económica en sentido amplio, y los soviets, que se encargarán de tomar las decisiones cotidianas y controlarán al Comité Ejecutivo o Ispolkom, cuyos miembros no tendrán por qué ser simultáneamente miembros del Soviet y que, además, estarán doblemente controlados por los Presidiums u organismos de coordinación.En el futuro Congreso de los Diputados Populares está previsto que haya miembros de distintos movimientos de masas y en esta categorí...

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La reforma aprobada en la Conferencia del PCUS divide los poderes entre el partido, cuyas funciones serán la dirección política, ideológica y económica en sentido amplio, y los soviets, que se encargarán de tomar las decisiones cotidianas y controlarán al Comité Ejecutivo o Ispolkom, cuyos miembros no tendrán por qué ser simultáneamente miembros del Soviet y que, además, estarán doblemente controlados por los Presidiums u organismos de coordinación.En el futuro Congreso de los Diputados Populares está previsto que haya miembros de distintos movimientos de masas y en esta categoría, que contará con 750 escaños sobre un total de 2.250, podrán entrar eventualmente los representantes de los denominados grupos informales o asociaciones de intereses.

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En la Unión Soviética se han desarrollado en los últimos tiempos más de 40.000 nuevas organizaciones sociales, la mayoría de las cuales están muy próximas al espíritu de la perestroika, según dijeron el pasado viernes los representantes del Kremlin. El PCUS ha indicado que está dispuesto a colaborar con aquellas de estas organizaciones que actuan en el marco del socialismo.

El propio Mijail Gorbachov aprobó el viernes el proyecto presentado por una de estas asociaciones que desde el pasado otoño recoge firmas para la construcción de un monumento en Moscú en memoria de las víctimas del estalinismo. "Restaurar la justicia a las víctimas del desorden es nuestro deber político y moral", declaró Gorbachov en medio de atronadores aplausos.

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