La Feria de Basilea ofrece piezas auténticamente museísticas de los grandes artistas de vanguardia

Galerías extranjeras exhiben obras de Tápies, Broto, Susana Solano, Xavier Grau y Cristina Iglesias

Esta convocatoria no es de las mejores, dicen los asiduos visitantes de cada año. Y, sin, embargo, comparada con la agotadora feria Arco de Madrid y con la ecléctica FIAC de París, la Feria de Basilea tal vez sea poco selectiva, pero es, sin duda, más cómoda, con sus bares al aire libre y su relativo silencio y tranquilidad.Las piezas de auténtica calidad museística comprenden unos maravillosos dibujos de Klimt y Schiele, en la galería Jean Krugier, unos espléndidos dibujos de Picasso de los años 1928-1931, una inolvidable acuarela de Cézanne, un sutil Fontana y dos magníficos Miró. Tras Krugi...

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Esta convocatoria no es de las mejores, dicen los asiduos visitantes de cada año. Y, sin, embargo, comparada con la agotadora feria Arco de Madrid y con la ecléctica FIAC de París, la Feria de Basilea tal vez sea poco selectiva, pero es, sin duda, más cómoda, con sus bares al aire libre y su relativo silencio y tranquilidad.Las piezas de auténtica calidad museística comprenden unos maravillosos dibujos de Klimt y Schiele, en la galería Jean Krugier, unos espléndidos dibujos de Picasso de los años 1928-1931, una inolvidable acuarela de Cézanne, un sutil Fontana y dos magníficos Miró. Tras Krugier, le va a la zaga la galería Gmurzynska (de Colonia), con un Rauschenberg realizado tan sólo con dos cajas de cartón y un tubo de goma, un interesantísimo Schwitters de 1944 y un cuadro de Bárbara Stepanova que se diría el antecedente de cualquier personaje de Gordillo.

La feria muestra mucho también a segundas figuras de los años veinte, entre otras al matrimonio Michel, cuyas obras están relacionadas con la poética de Francis Picabia o de A. Höch. Dos galerías enseñan asimismo la obra de un curioso artista suizo antecesor de Penck y que vivió entre 1871 y 1942 llamado Louis Soutter. Se han revalorizado mucho los años cincuenta, sesenta y setenta y en alguna ocasión se los ha colocado incluso junto a las reinterpretaciones actuales. Por ejemplo, la galería Lia Ruma, de Nápoles, muestra Paolini, Pistoletto, Kosuth y Steinbach.

Presencia española

En general, hay mucho Klein, Fautrier, Fontana, Tápies, Arman, Warhol, Beuys (estos dos últimos muertos recientemente), Broodhaers, Kounellis y Twombly. Finalmente, entre los artistas más jóvenes, están Lawler, Trockel, Richard Tutle, Carmen Perrín, Serry Levine, Allan McCollum y Cindy Sherman.La presencia de ciertas galerías españolas está centrada en Joan Prats, Juana Mordó, Juana de Aizpuru, Múltiple, Miguel Marcos, Aele, Ferran Cano y Buades. Hay también una presencia de artistas españoles en varias galerías extranjeras: muchas obras de Antoni Tápies, y, por otro lado, de Susana Solano, Xavier Grau, Broto y Cristina Iglesias, entre otros.

Esta edición de Basilea incluye también la llamada Perspective 88, por países, de escasísimo interés y en donde Federico Guzmán, por parte española, hace un buen papel, así como una representación de jóvenes artistas rusos desprovistos de interés puesto que constituyen una débil trasposición de los estilos occidentales sin ninguna calidad.

Además de lo dicho, cabe mencionar el pabellón de la galería belga Isy Brachot, con numerosos Magritte, y el de Beyeler, de Basilea, con una selección de pintura norteamericana que incluye un soberbio Pollock, dos Rothko y un magnífico Rauschenberg.

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