El director de trasplantes cardiacos de Santander se marcha a Arabia Saudi "por frustración profesional"

"A Arabia Saudí no me voy por los petrodólares, por lo que me pagan, aun siendo mucho, sino impulsado por una frustración profesional". Con estas palabras explica el doctor Carlos Gómez Durán, de 56 años, hasta ahora jefe del servicio de cirugía cardiovascular de Valdecilla, su próxima incorporación al hospital estatal Rey Faisal, de Riad, capital de Arabia Saudí. Valdecilla, después del San Pablo de Barcelona, Puerta de Hierro de Madrid y la Clínica Universitaria de Navarra, es el cuarto hospital del país donde más trasplantes se han hecho en el último bienio, concretamente 18.

El doct...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

"A Arabia Saudí no me voy por los petrodólares, por lo que me pagan, aun siendo mucho, sino impulsado por una frustración profesional". Con estas palabras explica el doctor Carlos Gómez Durán, de 56 años, hasta ahora jefe del servicio de cirugía cardiovascular de Valdecilla, su próxima incorporación al hospital estatal Rey Faisal, de Riad, capital de Arabia Saudí. Valdecilla, después del San Pablo de Barcelona, Puerta de Hierro de Madrid y la Clínica Universitaria de Navarra, es el cuarto hospital del país donde más trasplantes se han hecho en el último bienio, concretamente 18.

El doctor Gómez Durán llegó a Santander en 1974, destinado al hospital de Valdecilla, después de haber cursado estudios en diversas universidades españolas y extranjeras; en seguida montó aquí el servicio de cirugía cardiovascular, que goza de muy alto prestigio.Rechaza una y otra vez revelar la cuantía de la retribución económica que incluye el contrato que, por cinco años, ha firmado con el hospital de Riad, una ciudad con un millón de habitantes. Pero lo que "sí puedo decir" es la cantidad que está autorizado a ofrecer a algunos cardiólogos cirujanos o anestesistas españoles o de cualquier otro país cuya competencia profesional pueda resultar interesante para el departamento cuyo mando le ha sido confiado: un millón de pesetas mensuales libre de impuestos y un chalé exento de gastos en el recinto hospitalario.

Durán conoce la capital de Arabia por haber operado en febrero último en su hospital, donde asimismo pronunció algunas conferencias médicas. "Tampoco", asegura, "es la calidad de vida lo que me lleva a aquel país de clima atroz, comparada con la existente en Santander. Digamos que en Riad esa cualidad vital se halla precisamente en su hospital, donde tendré que trabajar 12 o 14 horas diarias. Así que no voy, precisamente, a disfrutar unas vacaciones".

Con capacidad para 650 camas, el Rey Faisal está, dice, absoluta y perfectamente dotado. Las cláusulas del contrato le permitirán ampliar, reformar o reducir el equipo de cardiología, cirugía y anestesia cardiacas, cuidados intensivos e investigación cuya jefatura desempeñará a partir de julio.

Frustraciones

"Bueno, respecto de mis frustraciones profesionales en Valdecilla -por cierto, este hospital invertirá a lo largo de 1988 casi 700 millones en tecnología- habría que mencionar, antes que nada, el clima de pesimismo existente entre numerosos profesionales, que consideran, como yo, que el sistema sanitario actual conduce al desastre. Valdecilla, desgraciadamente, no es ya lo que era, y no me refiero exclusivamente a su política interna", prosigue. "Considero que el ambiente profesional, sin embargo, es muy importante para el médico, porque no se puede llegar a trabajar cada mañana, sin que mi caso resulte excepcional, con mal humor y crispado. Por ejemplo, en mi servicio, los casos cardiovasculares, la lista de espera se demora actualmente a diciembre próximo".Según Gómez Durán no son sus éxitos en los trasplantes de corazón el origen del contrato de Riad, sino el nivel de la cirugía cardiaca que se está haciendo en el hospital Valdecilla (1.199 camas, 12.371 ingresos previstos en el año en curso). "La tentación de irme data de hace ciertos años. Y sí no me he marchado antes es porque soy español y en Santander existe una alta calidad de vida. Sólo las crecientes frustraciones profesionales me inducen a dar el paso", concluye.

Archivado En