Crítica:

Una casa muy aburrida

House II, segunda parte de House, una casa alucinante, con la que guarda mínima relación, comienza con la llegada a la extraña mansión de un joven, acompañado por su prometida, para hacerse cargo de la residencia heredada. Pronto, tras algunos acontecimientos y descubrimientos extraños, la aventura será coprotagonizada por el desenterrado y resucitado tatarabuelo del joven, que a sus 170 años todavía maneja el colt como si continuara en el viejo Oeste.Escrita y dirigida por Ethan Wiley, cuyo mayor mérito reside en haber unido su nombre a la continuación de ...

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House II, segunda parte de House, una casa alucinante, con la que guarda mínima relación, comienza con la llegada a la extraña mansión de un joven, acompañado por su prometida, para hacerse cargo de la residencia heredada. Pronto, tras algunos acontecimientos y descubrimientos extraños, la aventura será coprotagonizada por el desenterrado y resucitado tatarabuelo del joven, que a sus 170 años todavía maneja el colt como si continuara en el viejo Oeste.Escrita y dirigida por Ethan Wiley, cuyo mayor mérito reside en haber unido su nombre a la continuación de Viernes 13, la historia fantástica se apoyará en modestos efectos especiales y en las criaturas diseñadas por Chris Walas.

House II

Dirección y guión: Ethan Wiley. Fotografía: Mac Alhberg. Música: Henry Manfredini. Producción: Sean S. Cunningham. Estados Unidos, 1986. Intérpretes: Arye Gross, Jonathan Stark, Riyal Dano, Bill Maher, Lar Park Lincoln, John Ratzenberger. Estreno en Madrid: cines Azul, Carlton y Luchana.

Entre el pastiche y la parodia, sin encontrar en ningún momento el tono y el ritmo adecuados, se muestra incapaz por elevar la curva de interés a los mínimos exigibles, dando por resultado un filme tremendamente aburrido e insulso.

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