Contra la 'teología de la liberación"

Juan Pablo II sorprendió ayer en Lima por la dureza con la que trató los temas doctrinales. En la cuna de la teología de la liberación, hablando a los sacerdotes en la catedral, presente Gustavo Gutiérrez, padre y teórico de dicha teología, el Papa les dijo: "No podéis sustituir el Evangelio por opciones temporalistas, porque es el Evangelio quien juzga al mundo, y no al contrario". Y volvió a ponerles en guardia contra una teología .que concibe a los pobres en forma reductiva, dentro de un marco sólo económico y los conduce a la lucha de clases".También exhortó a los obispos a "denunciar abie...

Juan Pablo II sorprendió ayer en Lima por la dureza con la que trató los temas doctrinales. En la cuna de la teología de la liberación, hablando a los sacerdotes en la catedral, presente Gustavo Gutiérrez, padre y teórico de dicha teología, el Papa les dijo: "No podéis sustituir el Evangelio por opciones temporalistas, porque es el Evangelio quien juzga al mundo, y no al contrario". Y volvió a ponerles en guardia contra una teología .que concibe a los pobres en forma reductiva, dentro de un marco sólo económico y los conduce a la lucha de clases".También exhortó a los obispos a "denunciar abiertamente" dichas desviaciones teológicas, aunque cause dolor, cuando así lo quieren el bien de las almas y la fidelidad a la Iglesia". Añadió también que la "ofuscación" de dichos teólogos en Perú es tal que "incluso hace oídos sordos a las Ramadas y advertencias, como si éstas fueran dirigidas", dijo, "a otros". La sociedad de Perú, aseguré, "está azotada desde hace años por la violencia y el terrorismo, la pobreza, el narcotráfico, el deterioro de la moral pública y otros males".

El Pontífice explicó que la sociedad 'se construye sólida y en paz sólo si se inspira en el proyecto de las Bienaventuranzas", que son lo opuesto, dijo el Papa, "a las soluciones que presentan las ideologías materialistas con su concepción de la sociedad enfrentada en una lucha permanente de clases que acrecienta el egoísmo y el odio, alejando de Dios y traicionando al Hombre".

En el acto de clausura del congreso eucarístico y mariano, ante una gran multitud, Juan Pablo II proclamó que sólo la "civilización del amor" será capaz de transformar no sólo las estructuras de Perú, sino del mundo entero, mientras les puso en guardia contra el "mesianismo terreno".