Un brillante alcanza el precio record de 1.020 millones de pesetas en una subasta
Una piedra preciosa en forma de pera de 85,91 quilates, el más hermoso brillante jamás ofrecido en subasta, fue vendido el pasado martes en la casa Sotheby's neoyorquina por el precio récord de 9,1 millones de dólares (unos 1.020 millones de pesetas) a un comprador anónimo. El brillante, de un tamaño aproximado al de un huevo de tordo, superó el precio máximo alcanzado por una joya en subasta: 740 millones de pesetas, pagados en 1980 por un par de pendientes con brillantes, que sumaban 131,86 quilates.
El brillante subastado esta clasificado detrás del Cullinan III (el mayor ...
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Una piedra preciosa en forma de pera de 85,91 quilates, el más hermoso brillante jamás ofrecido en subasta, fue vendido el pasado martes en la casa Sotheby's neoyorquina por el precio récord de 9,1 millones de dólares (unos 1.020 millones de pesetas) a un comprador anónimo. El brillante, de un tamaño aproximado al de un huevo de tordo, superó el precio máximo alcanzado por una joya en subasta: 740 millones de pesetas, pagados en 1980 por un par de pendientes con brillantes, que sumaban 131,86 quilates.
El brillante subastado esta clasificado detrás del Cullinan III (el mayor del mundo), perteneciente al tesoro de la corona británica, y por encima del Spoonmaker, ahora en el Museo Topkapi de Estambul. Tampoco se dio a conocer el nombre del vendedor del diamante.Según el gemólogo e historiador de la joyería Neil Letson, esta piedra es "una gota de luz congelada". Letson lo considera muy por encima de los más famosos diamantes en forma de pera, y por su intachable certificación D. Esta clasificación se refiere al color del diamante, que junto al peso, corte y pureza determinan el valor de la gema. "Este diamante representa la esencia misma de este planeta en su forma más simple y pura. Es un regalo de la naturaleza nacido hace 400 millones de años y llevado a su perfección por el genio del hombre. Es único", dijo Letson.
Tras una puja rápida, los compradores elevaron el precio de salida 13 veces en dos minutos, antes de que el martillo cayera cediéndolo en 9,1 millones de dólares (1.020 millones de pesetas). Algunos agitaban sus paletas ofreciendo incrementos de 100.000 dólares mientras otros gritaban sus ofertas.