Crítica:CINE

Volver, volver...

Maurice Phillips es un londinense nacido en 1948, que ha vivido durante muchos años en Estados Unidos, y que se dio a conocer como pintor durante la década de los sesenta. Antes de debutar como cineasta profesional, Phillips realizó una serie de clips musicales para Bruce Springsteen, Joe Cocker, Paul McCartney o Billy Ocean. Se trata, en definitiva, de alguien vinculado a lo que se bautizó como cultura pop.The American Way es una obra sobre la supervivencia y adaptación de los mitos pop a la era Reagan. Sus protagonistas son veteranos de Vietnam que han convertido su dest...

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Maurice Phillips es un londinense nacido en 1948, que ha vivido durante muchos años en Estados Unidos, y que se dio a conocer como pintor durante la década de los sesenta. Antes de debutar como cineasta profesional, Phillips realizó una serie de clips musicales para Bruce Springsteen, Joe Cocker, Paul McCartney o Billy Ocean. Se trata, en definitiva, de alguien vinculado a lo que se bautizó como cultura pop.The American Way es una obra sobre la supervivencia y adaptación de los mitos pop a la era Reagan. Sus protagonistas son veteranos de Vietnam que han convertido su destartalado bombardero B-29 en una emisora pirata de televisión, dedicada a sabotear e interferir las emisiones del poder. Desde su peculiar exilio o marginación voladora se preocupan de conservar las esencias anárquicas y contestatarias de su juventud, dinamitando los mensajes del nuevo liberalismo a base de humor y sátira.

The american way

Director: Maurice Phillips. Intérpretes: Dennis Hooper, Michael J. Pollard, Nigel Pegram, Eugene Lipinski, James Aubrey. Guión: Scott Roberts. Productor: Paul Cowan y Laurie Keller. Fotografía: John Metcalfe. Música: Brian Bennett. Británica, 1985. Estreno en Madrid: cine Renoir.

Estos viejos héroes de los sesenta encarnan un mundo de supuesta autenticidad que se contrapone a la falsedad del universo político. Y así resulta coherente que el candidato a presidente sea desenmascarado por falsear su aspecto. En conjunto, la película resulta divertida , aunque su sátira es mucho menos sangrante de lo pretendido por dos razones: porque el filme carece de auténtica inventiva cinematográfica y porque sus héroes -Hooper y el ya fallecido Pollard- no sólo han envejecido físicamente, sino que también sus ideas hoy nos parecen algo polvorientas.

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