Cartas al director

Generosidad

¡Cuánto le agradecería que publicara esta carta! Hace unos días se publicó en su periódico un reportaje sobre los problemas de los hospitales para disponer de un banco de sangre que cubriera sus necesidades más perentorias.La casualidad hizo que ese mismo día (15 de enero) mi hijo Eduardo, en estado muy grave, con úlcera sangrante, ingresaba por urgencias en el 12 de Octubre y era trasladado posteriormente a la clínica Puerta de Hierro. Tenían que operar, pero ¡faltaba sangre! Urgentemente acudieron sus hermanos. La noticia llegó a la Dirección General de Tráfico, donde trabaja Eduardo, y fue ...

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¡Cuánto le agradecería que publicara esta carta! Hace unos días se publicó en su periódico un reportaje sobre los problemas de los hospitales para disponer de un banco de sangre que cubriera sus necesidades más perentorias.La casualidad hizo que ese mismo día (15 de enero) mi hijo Eduardo, en estado muy grave, con úlcera sangrante, ingresaba por urgencias en el 12 de Octubre y era trasladado posteriormente a la clínica Puerta de Hierro. Tenían que operar, pero ¡faltaba sangre! Urgentemente acudieron sus hermanos. La noticia llegó a la Dirección General de Tráfico, donde trabaja Eduardo, y fue sorprendente la masiva llegada de compañeros ofreciendo su sangre. Ya mediada la tarde se presentaron con el mismo fin dos autocares llenos de guardias civiles de la Agrupación de Tráfico que, enterados, acudieron, ¡como siempre!, a ofrecer su sangre.

No daban abasto las enfermeras tomando datos, análisis y demás requisitos legales y de seguridad. Los bocadillos y bebidas con que modestamente les obsequiaron se agotaron en la cafetería. La cola llegaba casi a la calle.

¡Qué emoción para una esposa y unos padres ante este maravilloso espectáculo de generosidad y desinterés! Estábamos tan conmovidos, que no podíamos agradecer de palabra, pues un nudo en la garganta nos lo impedía, a aquellas personas, para nosotros casi desconocidas, su magnífico gesto.

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La gentileza de EL PAÍS al ,publicar esta carta nos permite transmitir a estas magníficas personas nuestro más sincero, cordial y vehemente agradecimiento por su solidaridad, ya que no sólo contribuyeron a las transfusiones para mi hijo, sino que con el exceso pudo la clínica abastecer su banco de sangre, que muy buena falta le hacía.

Era la primera vez que hacíamos en la familia uso de la urgencia de la Seguridad Social. Salgo al paso contra los derrotistas permanentes que, con los tópicos de siempre (¡la Seguridad Social es un desastre!, etcétera), decirles con toda claridad que tanto en el 19 de Octubre como en Puerta de Hierro la asistencia ha sido impecable, tanto de eficacia profesional como de trato humano, y airear nombres de cirujanos eminentes, como el doctor Gómez Durán, que en el mundo frívolo de la salud apenas nos suenan. Gracias, muchas gracias a todos.- .

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