El XI Salón del Libro Infantil y Juvenil, punto de encuentro entre el niño y la lectura

Unos, 15.000 niños y jóvenes han visitado a lo largo de los últimos 10 días el XI Salón del Libro Infantil y Juvenil, donde han encontrado, además de una gran exposición con centenares de volúmenes, numerosas actividades encaminadas a crear hábitos lectores en esta población. Los profesionales relacionados con el mundo de la literatura infantil y juvenil coinciden en afirmar que el boom que surge en este campo en la década de los setenta en nuestro país nació a través de los movimientos de renovación pedagógica y que es la escuela la que aún hoy posibilita el encuentro del niño con el libro de...

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Unos, 15.000 niños y jóvenes han visitado a lo largo de los últimos 10 días el XI Salón del Libro Infantil y Juvenil, donde han encontrado, además de una gran exposición con centenares de volúmenes, numerosas actividades encaminadas a crear hábitos lectores en esta población. Los profesionales relacionados con el mundo de la literatura infantil y juvenil coinciden en afirmar que el boom que surge en este campo en la década de los setenta en nuestro país nació a través de los movimientos de renovación pedagógica y que es la escuela la que aún hoy posibilita el encuentro del niño con el libro de creación.

Tertulias, cursos de iniciación a la literatura infantil y juvenil para profesores y padres, exposiciones ce ilustradores y de libros galardonados, encuentros con autores, presentaciones de libros, coloquios, taller de restauración de libros, recitales, son algunas de las actividades llevadas a cabo en este XI Salón del Libro Infantil y Juvenil, que fue clausura de ayer en la Casa del Reloj del Paseo de la Chopera y organizado por la Organización Española Para el Libro Infantil y Juvenil (OEPLI) a través del Centro del Libro y de la Lectura del Ministerio de Cultura. Todas estas actividades de animación a la lectura se realizaron teniendo en cuenta las diferentes edades de los escolares a los que van dirigidos.Escritores, ilustradores, editores, enseñantes, padres, libreros, bibliotecarios, así como especialistas en el mundo de la literatura infantil y juvenil también han acudido a lo largo de estos días al Salón del Libro convertido desde hace años en un punto de encuentro, confrontación y debate entre estos profesionales, muchos de ellos pioneros y responsables de la existencia de todas esas nuevas corrientes y tendencias que se han producido en el terreno de la literatura infantil y juvenil.

El editor Miguel Azaola miembro del comité ejecutivo del IBBY (International Board on Book for Yourig People), organismo internacional del que fue el primer presidente español de 1982 a 1986, ha sido uno de los participantes más destacados de la corta historia de la literatura infantil y juvenil en España. Ha vivido de cerca, como editor, el proceso que el libro para niños ha tenido en nuestro país en las últimas décadas.

Traducciones

"Aunque el boom del libro para niños surge en nuestro país en los años setenta", comenta Azaola, "pienso que en el terreno estricto de la literatura siempre ha existido el libro para niños. En los años sesenta había pocos autores y el interés era escaso. Sin embargo con esa misma situación se da en los setenta la explosión y ello provoca que se tenga que traducir mucho".Tanto para Miguel Azaola, como para la totalidad de expertos y especialistas en literatura infantil y juvenil esa explosión viene de la mano de los movimientos de renovación pedagógica que desde los planes de enseñanza y desde posturas individuales luchan por la creación de hábitos lectores en la población escolar. La apuesta es clara y abierta por un libro de calidad literaria y gráfica, al que los padres acceden muy lentamente y con una gran confusión. Desaparece el didactismo de antaño y la concienciación de los enseñantes hace que el libro de creación se haya convertido por si mismo en un complemento pedagógico, puesto que un objetivo de la escuela es convertir al niño en lector. Para todos estos expertos es tan evidente el hecho de que no hay forma de ser lector de adulto sino no se ha gozado leyendo de niño, que no entienden como no se ha trabajado más en este sentido.

Dentro del panorama tanto internacional como nacional de la literatura para niños y jóvenes en este momento se esta asistiendo a un empeño de dar a los niños muchos libros que reflejen los problemas de la sociedad y en los que los finales felices tradicionales dan paso a otras propuestas.

Miguel Azaola señala "No estoy seguro de si ven a través de esa literatura un mundo más sombrío de lo que en realidad es, que ya es bastante. Cada vez se encuentra más libros con finales en los que se plantean soluciones abiertas y es el lector el que tiene que buscar lo bueno y lo malo. Aunque ya no hay moralina, si aparecen más reflejados que nunca los derechos humanos. Es una ética y una moral renovadas y ahora, por ejemplo, un señor por el hecho de divorciarse no es bueno ni malo".

Otro aspecto que surge como novedoso en el terreno de la literatura infantil y juvenil es la incorporación a este campo de grandes autores de la literatura reconocida como de adultos. Tendencia que tiende a extenderse principalmente en autores europeos.

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