Saura inaugura un mural de 200 metros cuadrados

El pintor Antonio Saura, de 57 años, ha vuelto a Huesca, su ciudad natal. El reencuentro con el paisaje de su infancia tiene hoy su culminación con la apertura de una exposición y la obra más grande que ha pintado Saura, un mural de 20 por 10 metros. La doble inauguración se va a convertir en una fiesta del arte y la cultura. Saura recibió el encargo de la Diputación Provincial de Huesca para pintar un techo del edificio de su nueva sede. El pintor se sorprendió del encargo. "Pero me alegró y lo acepté en seguida", dice. Reconoce que es la obra más grande que ha pintado y que la gestación fue ...

El pintor Antonio Saura, de 57 años, ha vuelto a Huesca, su ciudad natal. El reencuentro con el paisaje de su infancia tiene hoy su culminación con la apertura de una exposición y la obra más grande que ha pintado Saura, un mural de 20 por 10 metros. La doble inauguración se va a convertir en una fiesta del arte y la cultura. Saura recibió el encargo de la Diputación Provincial de Huesca para pintar un techo del edificio de su nueva sede. El pintor se sorprendió del encargo. "Pero me alegró y lo acepté en seguida", dice. Reconoce que es la obra más grande que ha pintado y que la gestación fue lenta hasta encontrar la fórmula adecuada.

El pasado verano realizó las partes del gran mural y desde este mes se llevó a cabo su colocación. El artista ha bautizado la obra con el nombre de Elegía. "Tiene varios significados; en definitiva, Elegía es algo positivo, y bien podría haberse llamado Aluflar, que en aragonés significa mirar al cielo".El espectador que contemple el mural de Saura tendrá que mirar al cielo, y puede que se emborrache de colores. Los tonos blanco y negro, clásicos en el pintor, pasan en esta obra a un segundo lugar ante un auténtico estallido de colores. Saura está satisfecho por la visión que ofrece al espectador y cuenta que una señora de la limpieza le dijo que la obra es "muy bonita y con muchos colores". "Yo creo que la impresión es de vértigo al mirar hacia arriba".

El artista se ha puesto en lugar del espectador y ha buscado una solución festiva a su obra. "Ir a posición cenital te obliga a tener presente la forma de mirar del espectador, no puede haber un solo centro porque la mirada resbala mientras camina, así que hay multitud de centros; tiene que funcionar orgánicamente desde cualquier punto que se contemple, porque no se va a ver de un solo golpe sino circulando, de ahí la necesidad de hacer algo fluyente", manifestó Saura al periódico El Día de Aragón.

El pintor justifica la explosión de colores: "Me pareció evidente que, dado el lugar a que iba a ser destinado, no podía convertirse en un manifiesto dramático, sino que debía tener unas características lúdicas. Debía hacer algo con mucho color, que comunicase energía y dinamismo, pero sin verme obligado a cambiar mi lenguaje en absoluto".

Nueva etapa

Antonio Saura considera Elegía como una obra diferente a lo hecho hasta ahora y que marca una nueva etapa, "lo cual es un acontecimiento importante en mi vida profesional". Reconoce que esta obra no la podría haber realizado a los 20 años, aunque debería ser todo lo contrario, "no me hubiera atrevido. Esto no obedece a una sabiduría sino a una libertad que otorga cierta seguridad en uno mismo".La galería Ligetti, de Huesca, inaugura, al mismo tiempo que el gran mural, una exposición de Saura que permanecerá abierta durante un mes. Bajo el título Auto de fe, se ha seleccionado una treintena de obras del fundador del grupo El Paso. Muchos corresponden a portadas de libros destruidos. Saura relaciona esta exposición con el mural Elegía, aunque las obras de la muestra tengan los colores habituales, el blanco y el negro, de su obra. El director de la galería, Ricardo Ramón, ha resaltado la importancia de la muestra, ya que Antonio Saura expone muy poco en los últimos años y casi siempre lo hace fuera de España.

Por otra parte, el proceso seguido en la creación del mural Elegía se recogerá en un libro que preparan el pintor y el fotógrafo Jean Bescós, que recogió con su cámara miles de momentos mientras Saura realizaba los 200 metros cuadrados de la pintura.