Reagan pierde a su principal 'halcón' al dimitir Weinberger

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, se ha quedado sin su principal halcón al dimitir de su cargo el secretario de Defensa, Caspar Weinberger. La renuncia se espera que se haga pública hoy mismo. En medios políticos de Washington se asegura que el jefe del Pentágono será sustituido por el actual consejero de Seguridad Nacional, Frank Carlucci.

Weinberger es uno de los verdaderos creyentes en la revolución conservadora de Reagan. Es considerado como el más ferviente defensor de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI, conocida como guerra de las galaxias) y...

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, se ha quedado sin su principal halcón al dimitir de su cargo el secretario de Defensa, Caspar Weinberger. La renuncia se espera que se haga pública hoy mismo. En medios políticos de Washington se asegura que el jefe del Pentágono será sustituido por el actual consejero de Seguridad Nacional, Frank Carlucci.

Weinberger es uno de los verdaderos creyentes en la revolución conservadora de Reagan. Es considerado como el más ferviente defensor de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI, conocida como guerra de las galaxias) y de la necesidad del rearme norteamericano, así como contrario a los acuerdos de control de armamento con la Unión Soviética.Su probable sustituto, Frank Carlucci, se alinea con las tesis moderadas del secretario de Estado, George Shultz, arquitecto del compromiso con la URSS sobre a eliminación de los misiles de alcance medio que con toda probabilidad será suscrito por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en diciembre.

En los intentos de Reagan por salvar su presidencia con acuerdos históricos con Moscú, Weinberger era un obstáculo, ya que el dimisionario jefe del Pentágono se oponía a toda concesión en los planes de rearme espacial de la Casa Blanca.

Carlucci, que ha hecho una carrera en la sombra, en la CIA y en el Pentágono, ha ejercido desde el Consejo de Seguridad Nacional una labor de limpieza para hacer olvidar los excesos que culminaron en el Irangate.

Páginas 2 y 3