Tratamientos dietéticos y quirúrgicos

Se considera que una persona es obesa cuando el exceso de peso alcanza un 20% sobre el peso teóricamente deseable, y que la obesidad es ya peligrosa cuando el soprepeso supera el 50%.Para el tratamiento de la obesidad, la unidad de trastorno de la alimentación de la residencia de Can Ruti combina la terapia psicológica y el tratamiento dietético para modificar la conducta alimentaria por un lado y reducir el sobrepeso por otra.

En los casos severos los pacientes son internados para aplicarles dietas hipocalóricas de hasta únicamente 300 o 400 calorías diarias que en 45 días pueden elimi...

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Se considera que una persona es obesa cuando el exceso de peso alcanza un 20% sobre el peso teóricamente deseable, y que la obesidad es ya peligrosa cuando el soprepeso supera el 50%.Para el tratamiento de la obesidad, la unidad de trastorno de la alimentación de la residencia de Can Ruti combina la terapia psicológica y el tratamiento dietético para modificar la conducta alimentaria por un lado y reducir el sobrepeso por otra.

En los casos severos los pacientes son internados para aplicarles dietas hipocalóricas de hasta únicamente 300 o 400 calorías diarias que en 45 días pueden eliminar hasta unos 20 kilos.

Las dietas hipocalóricas son una terapia penosa para el paciente, pero a veces ni siquiera este tratamiento da resultado. Entonces, si su estado es muy grave, no queda más remedio que recurrir a un método más drástico: la intervención quirúrgica.

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Una de las que más se practica es la gastroplastia vertical en banda, técnica quirúrgica que explicará en el congreso su propio creador, el doctor Edward Mason. La operación consiste en inutilizar dos terceras partes del estómago mediante una sutura metálica.

En este caso se practica un orificio en ambas paredes del estómago por el que se engarza un anillo de teflón, cuya finalidad es canalizar el alimento hasta el intestino. El estómago activo queda reducido a una cavidad de entre 30 y 50 centímetros cúbicos -los grandes obesos pueden tener una capacidad de hasta dos litros-, es decir, la cuarta parte de un vaso de agua, por lo que después de la intervención, el paciente sacia el hambre con escasa cantidad de comida. El inconveniente de esta operación es que con el tiempo, el estómago reducido cede de nuevo, pero en tres años puede eliminar hasta el 70% del sobrepeso.

Otra intervención quirúrgica consiste en introducir en el estómago mediante endoscopia un balón intragástrico de material plástico. Su finalidad es reducir la capacidad gástrica, pero tiene el inconveniente de que con el tiempo el balón puede desinflarse. Finalmente, otra intervención que se practica en casos extremos es la conexión del principio y el final de los intestinos para evitar el paso de los alimentos por el resto y reducir así la asimilación alimenticia.

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