Crítica:CINE

¡Qué será lo que tiene el negro!

Hace un par de años, Eddie Murphy, lanzado previamente al estrellato internacional en Entre pillos anda el juego y Límite: 48 horas, rompió taquillas con Superdetective en Hollywood (o Beverly Hifis Cop), un producto a la medida de su histrionismo sin fin. No es de extrañar, pues, en una época en que los éxitos multitudinarios se exprimen hasta la última gota, la aparición ahora de este Superdetective en Hollywood II, igualmente supercampeona en sus recaudaciones.La trama de la presente entrega es enrevesada, gira en torno a una misteriosa organización...

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Hace un par de años, Eddie Murphy, lanzado previamente al estrellato internacional en Entre pillos anda el juego y Límite: 48 horas, rompió taquillas con Superdetective en Hollywood (o Beverly Hifis Cop), un producto a la medida de su histrionismo sin fin. No es de extrañar, pues, en una época en que los éxitos multitudinarios se exprimen hasta la última gota, la aparición ahora de este Superdetective en Hollywood II, igualmente supercampeona en sus recaudaciones.La trama de la presente entrega es enrevesada, gira en torno a una misteriosa organización criminal llamada La Banda del Abecedario y hasta se permite homenajear al Kubrick de Atraco perfecto metiendo por medio un robo en el hipódromo.

Superdetective en Hollywood II

Director: Tony Scott. Intérpretes: Eddie Murphy, Judge Reinhold, Brigitte Nielsen, Ronny Cox. Guión: Larry Ferguson, Warren Skaaren. Fotografia: Jeffrey L. Kimball. Estadounidense, 1987. Estreno en Madrid en cines Imperial, ¡Conde Duque, Peñalver, La Vaguada M-2, Minicíne Majadahonda y Multicine Pozuelo.

Pero todo esto, al fin y al cabo, carece de importancia, como en el buen cine negro de toda la vida, aunque por distintas razones: no es un recorrido moral interno lo que prima sobre el argumento, sino la payasada de nuestro héroe. Hay que reconocer que sus gracias son de una superficialidad abrumadora. Y no es cosa del actor, que tiene mañas y, en el original, una voz personalísima de gran cómico (señalemos que el doblaje a que ha sido expuesto aquí anula completamente al personaje), sino del guión, carente de todo lo que debería entenderse por comedia, llano y tosco, servido con profesionalidad por el hermano de Ridley Scott (Tony, de quien ya habíamos visto El ansia y Top gun), pero sin ángel. Como en su anterior visita, las excentricidades de Axel hacen temer por la supervivencia, más allá del chascarrillo palurdo, de la comedia.

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