Los trasplantes en el cerebro plantean problemas éticos a los neurocirujanos

Los trasplantes en el cerebro de tejidos procedentes de fetos y la posibilidad de abordar quirúrjicamente el tronco cerebral y el seno cavernoso, zonas hasta ahora consideradas como muy difíciles de operar, son algunos de los temas más importantes tratados en el VIII Congreso Europeo de Neurocirugía, celebrado en el Palacio de Congresos de Montjuïc, y cuyas sesiones científicas fueron clausuradas el pasado viernes.Según Fabián Isamat, presidente del congreso y también presidente de la Sociedad Europea de Neurocirugía, es necesario discutir los problemas éticos que se derivarán de estos traspla...

Los trasplantes en el cerebro de tejidos procedentes de fetos y la posibilidad de abordar quirúrjicamente el tronco cerebral y el seno cavernoso, zonas hasta ahora consideradas como muy difíciles de operar, son algunos de los temas más importantes tratados en el VIII Congreso Europeo de Neurocirugía, celebrado en el Palacio de Congresos de Montjuïc, y cuyas sesiones científicas fueron clausuradas el pasado viernes.Según Fabián Isamat, presidente del congreso y también presidente de la Sociedad Europea de Neurocirugía, es necesario discutir los problemas éticos que se derivarán de estos trasplantes, sobre todo los relacionados con la procedencia de la donación.

La posibilidad de practicar trasplantes de células nerviosas procedentes de fetos humanos con las que podría curarse la enfermedad de Parkinson, y el alto número de personas que padecen esta enfermedad puede llegar a crear una demanda desmesurada de trasplantes con tejido fetal. Se trata de un tema que está sólo en fase experimental pero que ya ha creado inquietud entre los neurocirujanos.

Los experimentos realizados con animales por el doctor sueco Backlum han demostrado que este tipo de intervención no tiene muchas complicaciones técnicas pero sí se han detectado algunas secuelas importantes: las células fetales crecen de forma desmesurada y pueden llegar a crear tumores en el inquilino.

Una de las conclusiones más esperanzadoras de este encuentro ha sido la posibilidad demostrada por varios congresistas de intervenir zonas del cerebro hasta ahora casi imposibles.