44ª MOSTRA DE CINE DE VENECIA

Kathleen Turner evoca a John Huston en la apertura del festival

La 44ª edición de la Mostra de Cine de Venecia se puso ayer en marcha con la esperada asistencia de algunas estrellas, como Kathleen Turner, que evocó a John Huston, fallecido el pasado viernes. "Es muy triste llegar a Venecia y enterarse de que Huston ha muerto", señaló la actriz, que trabajó a las órdenes del realizador en El honor de los Prizzi. En la Mostra será estrenado el filme Los muertos, última obra de Huston, basada en un libro de James Joyce. Hay también expectación ante el último filme de Eric Rohmer y las novedades incorporadas al festival.

La actriz Kathleen Turner, q...

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La 44ª edición de la Mostra de Cine de Venecia se puso ayer en marcha con la esperada asistencia de algunas estrellas, como Kathleen Turner, que evocó a John Huston, fallecido el pasado viernes. "Es muy triste llegar a Venecia y enterarse de que Huston ha muerto", señaló la actriz, que trabajó a las órdenes del realizador en El honor de los Prizzi. En la Mostra será estrenado el filme Los muertos, última obra de Huston, basada en un libro de James Joyce. Hay también expectación ante el último filme de Eric Rohmer y las novedades incorporadas al festival.

La actriz Kathleen Turner, que se encuentra en Venecia para presentar el filme de Peter del Monte Giulia e Giulia, que ella protagoniza, tuvo ayer, en el curso de una rueda de prensa, unas emocionadas palabras de recuerdo para Huston. "Es muy triste llegar a Venecia y enterarte de que él ha muerto; hace pocos días, después de salir del hospital, celebró su aniversario, y estaba contento. De sus cuatro últimas películas siempre se decía, y él mismo lo decía, que era la última que rodaría. Se dijo de Sangre sabia, de Bajo el volcán y de El honor de los Prizzi, que eran obras testamentarias. La última, definitivamente, ha sido The dead (Los muertos). Huston está ya muerto". Este filme, una adaptación de Dublineses, de Joyce, rodada en estudio a causa de la delicada salud del director, y no en la Irlanda en que transcurre la obra literaria, tendrá su estreno mundial en Venecia. Kathleen Turner es estrella de Giulia e Giulia, una película italiana casi íntegramente hablada en inglés. Se trata de una producción de la Radiotelevisión Italiana y del primer largometraje rodado en vídeo de alta definición. Quizá haya que reprocharle a Peter del Monte que no haya querido experimentar con la imagen -se limita a descubrir la perfección de los encadenados-, sino demostrar que toda la parafernalia tecnológica puede ser domefiada y puesta al servicio de una narración filmica altamente estilizada.

El último Rohmer

El nuevo Rolimer -L'ami de mon amie- no es distinto de los anteriores, al menos de Las noches de la luna llena, Pauline en la playa o El rayo verde, pero tampoco es una repetición. El cineasta francés tiene marcada una línea y, cifiéndose a ella, sigue una trayectoria de perfeccionamiento y estilización. Sin dispersarse nunca, con una precisión de científica paciencia de investigador, Rohmer habla de nuevo de los jóvenes, de unos determinados jóvenes, y de la vida en general. A veces parece trivial. Y sin duda lo es. En otras ocasiones los mismos hechos se nos antojan trágicos, y también lo son; el conjunto siempre resulta divertido. Es la comedia humana. En esta ocasión Rohmer parte de esa máxima que reza: "Los amigos de mis amigos son mis amigos". Y sus personajes pasan las casi dos horas de proyección enamorándose siempre la una del novio de la otra, acudiendo a fiestas en las que nadie y todos están ahí, porque son "amigos de un amigo del dueño de la casa", o entrecruzándose por las calles de una ville nouvelle. Pero esos chicos, bien adaptados a las propuestas urbanísticas de Bofill, a sus trabajos y a su estado social, siempre tienen prisa y no consiguen, a pesar de hablar cartesianamente, sin énfasis innecesarios, solucionar sus desastres sentimentales.

Respecto a las novedades que presenta esta edición de la Mostra, la más importante es la de intentar adecuar la infraestructura del festival a sus reales necesidades. Esto ha supuesto renunciar a las salas de proyección, prensa y servicios anexos, que estaban en el hotel Excelsior, para agrupar todo el festival en, dos únicos edificios. Los proyectores son nuevos; las instalaciones de sonido dolby, también; las butacas han pasado a ser estables y medianamente cómodas. Todo esto es posible porque hay menos películas y menos cantidad; sobre el papel, la opción parece acertada, pero ahora todo depende de las películas. Tres películas al día son suficientes si son interesantes, pero la posibilidad de elegir entre 8 o 10 servía también para ocultar criterios.

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