ECOLOGÍA

Mueren decenas de miles de peces en ríos de Segovia y Zaragoza

Cerca de 20.000 peces de especies comunes, entre las que se encuentran bermejas, barbos y bogas, han aparecido muertos en un tramo de 18 kilómetros en el río Eresma entre la localidad segoviana de Navas de Oro y el límite con la provincia de Valladolid.Fuentes de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León han señalado que la muerte de los peces puede haber sido debida a la contaminación del río por el vertido incontrolado al colector de excrementos de porcino o purines, que se suelen almacenar para utilizarles como abono. Una vez que se conozcan los resultados de lo...

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Cerca de 20.000 peces de especies comunes, entre las que se encuentran bermejas, barbos y bogas, han aparecido muertos en un tramo de 18 kilómetros en el río Eresma entre la localidad segoviana de Navas de Oro y el límite con la provincia de Valladolid.Fuentes de la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León han señalado que la muerte de los peces puede haber sido debida a la contaminación del río por el vertido incontrolado al colector de excrementos de porcino o purines, que se suelen almacenar para utilizarles como abono. Una vez que se conozcan los resultados de los análisis del agua, cuyas muestras se han remitido a los laboratorios de la Consejería en Valladolid, las autoridades autonómicas están dispuestas a imponer una fuerte sanción si se tratase de un vertido incontrolado de alguna de las naves de porcino.

En la localidad de Coca, una de las más afectadas por la contaminación, ya que los vecinos tampoco pueden utilizar el río para bañarse, se asegura que todos los veranos se produce una contaminación similar, que acaba con la fauna piscícola, afectada también por la falta de oxígeno en el agua propia de la época.

Asimismo, unos dos mil peces, en su mayoría barbos, han muerto en el río Ebro a su paso por Zaragoza, a causa de unos vertidos de amoniaco. Los peces aparecieron flotando en el agua cerca del barrio zaragozano de la Cartuja Baja, pasada la ciudad, informa Javier Ortega.

Los servicios de Medio Ambiente del Ayuntamiento inspeccionaron detenidamente los márgenes de los ríos Gállego y Ebro. De los análisis de las aguas se deduce que no existe tóxico y sí un considerable porcentaje de amoniaco, causante de la mortandad de los peces. El alcalde, el socialista Antonio Gonzáles Treviño, manifestó ayer que "es difícil que el vertido de amoniaco sea de alguna empresa y puede deberse a la limpieza de algún recipiente que contenía ese fertilizante".

Los peces muertos comenzaron a aparecer en el Ebro el pasado fin de semana.

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