Buscando la oreja de Van Gogh

Los encuentros internacionales de Arles, 18 años de fotografía ensimismada

Tradicionalmente, el verano para la fotografía se ha llamado Arles. Sus Encuentros Internacionales de la Fotografía -Rencontres Internationales de la Photographie (RIP)- la consolidaron como indiscutible capital estival del medio. Desde que en el año 1969 se creara una asociación que gestionara estos encuentros hasta hoy, y sin interrupción, reflejaron la particular visión francesa de la fotografía como forma de expresión, tanto en el campo documental como en la investigación plástica.

Treinta y cinco talleres, veinticinco exposiciones y seis audiovisuales nocturnos constituyen las acti...

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Tradicionalmente, el verano para la fotografía se ha llamado Arles. Sus Encuentros Internacionales de la Fotografía -Rencontres Internationales de la Photographie (RIP)- la consolidaron como indiscutible capital estival del medio. Desde que en el año 1969 se creara una asociación que gestionara estos encuentros hasta hoy, y sin interrupción, reflejaron la particular visión francesa de la fotografía como forma de expresión, tanto en el campo documental como en la investigación plástica.

Treinta y cinco talleres, veinticinco exposiciones y seis audiovisuales nocturnos constituyen las actividades de los Encuentros, aparte de acontecimientos paralelos, como un mercado de antigüedades del ramo, las Jornadas de la Imagen Profesional, o el Festival Off. Arles se caracterizó por la puesta en escena de sus montajes. Hace años todo era válido para enseñar fotos, desde los escaparates de una lencería hasta los de una droguería, o las paredes de un museo mezcladas con pintura clásica, corno en el célebre Réaltu, en donde se expone una de las obras de mayor calidad de esta edición: Autoanatomía, de Paolo Gioli (Rovigo, Italia, 1942), realizada sobre Polaroids y Cibachromes (copiado en papel de positivo / positivo), transeritas a posteriori a sedas. Otro italiano, Gianni Berengo Gardin, sabor- estético décadas cincuenta-sesenta, con una excelente antología, ha enseñado la cara oculta del humanismo que le falta al reportaje de prensa en la actualidad.

Ouka Lele

La única Fotógrafía invitada oficialmente por los organizadores de los RIP de nuestro país es Ouka Lele. Reproducciones de originales en blanco y negro coloreados, conjunto de retratos coherente e impactante. Al igual que Brian Griffin, autor de infinidad de aquéllos y cubiertas de discos; original montaje sobre vagones de la Sociedad Nacional de los Ferrocarriles Franceses. Pasajeros a escala 1: 1 (Museo de Cera) repartidos entre las fotografías expuestas; ventiladores Casablanca para una segunda clase imaginaria; aire acondicionado y moqueta roja para la primera, catálogo confeccionado conforme al diseño de un pasaporte... Neal Slavin, otro retratista británico en Arles. Especialista en congelar con la cámara los grupos más heterogéneos, con una relativa dosis de humor. Todo ello en contraposición a la estética en clave Domund con la que estos encuentros han tratado el tema de la negritud y el racismo. Y lo del Domund no es un símil fácil, sino que, cualquiera que fuere el móvil que induce a ello, carecen de sentido en ese contexto exposiciones como la del belga Jorth Vink. En el terreno de los símbolos fotográficos, el relato estático de la cotidianidad africana, en claves como ésta, se agotaba en España, cada otoño, desde que en el cincuenta y tantos los tablones de anuncios de nuestras iglesias se saturaran con aquella propaganda.El portfolio presentado por el español Rafael Levenfeld ha sido seleccionado para concurrir al Gran Premio para profesionales con menos de 35 años. Por lo demás, estár- presentes españoles dispersos bajo diversas excusas: .Fony Catany participa en una colectiva, de 16 profesionales en total, organizada por el Espacio Canon, con tres obras alfresson, o el par de composiciones muy interesantes de Jordi Guillumet presentado en la colectiva de la Galería Forum (apartado Galerías Privadas, Europa-EE UU).

Cada noche, en el hemiciclo del antiguo teatro romano, sobre pantalla de 46 metros cuadrados, se proyectan audiovisuales de diversa naturalezas: vídeos, transparencias, películas, etcétera.

Posibles aplicaciones de la informática a la investigación, almacenamiento y transmisión electrónica o hertziana de la fotografía, simultaneándola con el estudio de la creación, a corto plazo, de los bancos de imágenes interactivas (seminario sobre Computadoras e iconografía, y el realizado por Hewlett Packard sobre Informática de la imagen, imagen de la informática) completan el programa a un nivel meramente duvulgativo. Lamentable mente, el subjetivismo de los retratos de B. Griffin no se enseña en un seminario. Los sentimientos, aunque se tecnifiquen en alquimias, dificilmente se codifican. La robótica es capaz de ello, ya que al fin y al cabo suple la imaginación con la razón, inclusive la visual. Ouka Lele tenía e encargo de buscar y fotografiar, para un amigo, un árbol que pintó Van Gogh. Una fotógrafa italiana, ingenuamente, buscaba desesperadamente por las calles de Arles un museo depositario de la oreja incorrupta del pintor pelirrojo. Quizá la informática la encuentre y la transforme en invenciones fotográficas, aunque no este verano, porque, según el programa, las pretensiones sólo llegan a alcanzar un muestrario de máquinas y posibilidades en el que la creación queda para un próximo capítulo.

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