Retratos muertos
La realización del primer largometraje, por lo general, tiene para su director muchos riesgos. De ahí que, precisamente para reducir estos riesgos, sea más que conveniente para cualquier director primerizo contar con el cimiento de un guión sólido, claro, bien ordenado, hábilmente compuesto y apoyado en personajes, situaciones y diálogos que se sostengan por sí solos.Pues bien, Mario Menéndez ha hecho, en este su primer largometraje, todo lo contrario: apoyar su película sobre un guión literalmente insostenible, singularmente desafortunado, tanto en lo que se refiere al argumento como a los di...
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La realización del primer largometraje, por lo general, tiene para su director muchos riesgos. De ahí que, precisamente para reducir estos riesgos, sea más que conveniente para cualquier director primerizo contar con el cimiento de un guión sólido, claro, bien ordenado, hábilmente compuesto y apoyado en personajes, situaciones y diálogos que se sostengan por sí solos.Pues bien, Mario Menéndez ha hecho, en este su primer largometraje, todo lo contrario: apoyar su película sobre un guión literalmente insostenible, singularmente desafortunado, tanto en lo que se refiere al argumento como a los diálogos, los personajes y las situaciones.
Y a las dificultades que le presenta su lógica inexperiencia se añade así la necesidad de remontar un guión que ni el más experto director sería capaz de sacar adelante. El resultado de esta lamentable unión del hambre con las ganas de comer es presumible.
El vivo retrato
Dirección: Mario Menéndez. Guión: Francisco Orejas, Mario Menéndez y Fran Vaquero. Fotografía: Javier Salmones. Música: Pablo Miyar. Española, 1986. Intérpretes: Victoria Vera, Javier Loyola, Andreas Prittwitz, César Sánchez, María Elena Flores, Manolo Ferreras, Juan Cueto, Luis Eduardo Aute. Estreno en Madrid: cine Rosales.