Los dibujos ocultos de Rodin

Se publican los estudios en los que el escultor francés intentó estudiar de cerca el cuerpo de la mujer

El Museo Rodin de París conserva los originales de ciertos dibujos y acuarelas creados por Auguste Rodin, el escultor más conocido después de Miguel Ángel, que reflejan a un artista en el esfuerzo de recrear el cuerpo femenino sin pudor, en una época en la que éste era aún frecuente. Estos dibujos, que no se exhiben para evitar su deterioro, han sido reproducidos ahora por la editorial francesa Gallimard y su gestación ha sido reconstruida por el escritor Phillipe Sollers. Entre tanto, el Museo Rodin ha conmemorado el 70º aniversario de la muerte del escultor con la exposición de todos sus már...

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El Museo Rodin de París conserva los originales de ciertos dibujos y acuarelas creados por Auguste Rodin, el escultor más conocido después de Miguel Ángel, que reflejan a un artista en el esfuerzo de recrear el cuerpo femenino sin pudor, en una época en la que éste era aún frecuente. Estos dibujos, que no se exhiben para evitar su deterioro, han sido reproducidos ahora por la editorial francesa Gallimard y su gestación ha sido reconstruida por el escritor Phillipe Sollers. Entre tanto, el Museo Rodin ha conmemorado el 70º aniversario de la muerte del escultor con la exposición de todos sus mármoles, clasificados en su integridad por vez primera.

Auguste Rodin, el escultor más celebrado después de Miguel Ángel, creó desde 1900 hasta su muerte, en 1917 (es decir, desde los 60 hasta los 77 años), una serie de dibujos y acuarelas en los que el sexo femenino se muestra frontalmente, en un esfuerzo por eliminar cualquier pudor en el tratamiento del cuerpo humano Con el 702 aniversario de la muerte del artista, la prestigiosa editorial parisiense Gallimard ha publicado un libro con las 76 reproducciones de esta obra secreta, que permanece guardada e invisible en el Museo Rodin de París, al decir de los conservadores, para evitar que se deteriore con la luz.

El crítico policía

El Museo Rodin ha contribuido al aniversario con la exposición de todos los mármoles realizados por el escultor, catalogados por primera vez. Rodin aparece así recuperado tanto en sus trabajos de escultor como en su secreta obra erótica.El amor lésbico y el sexo femenino, abierto como un fruto y analizado con trazos expresamente provocativos, son el principal objeto de las preocupaciones artísticas que aparecen reflejadas en esta serie erótica, visible por primera vez desde la muerte del artista. Las reproducciones están acompañadas de un texto del escritor Phillippe Sollers, en el que se asegura que son "el verdadero día de las esculturas", "la verdadera luz de una cámara negra que revela el significado de los bronces y de los yesos". Para Sollers, que se ha convertido en una, de las estrellas de la temporada literaria gracias a una novela de faunos, el descubrimiento de estos dibujos contribuye a mejorar el patrimonio parisiense: "Si llegáis a París, perded toda esperanza de aprender más en ningún otro lugar. Es aquí, y sólo aquí, donde se estudia de cerca la lujuria".

Esta obra secreta, jamás expuesta al público, ha estado, sin embargo, colgada de las paredes del palacio que es ahora Museo Rodin y que fue antes taller y residencia, elegido gracias a los consejos del secretario del escultor, el poeta de lengua alemana Rainer Maria Rilke. Un crítico artístico de la época, con visos de policía de las buenas costumbres, lo contaba en 1912 a propósito del estreno por el bailarín Nijiriski del Preludio a la siesta de un fauno, de Debussy: "Me basta con recordar que despreciando todas las conveniencias, él [Rodin] expone, en la antigua capilla del Sagrado Corazón y en las habitaciones desiertas de las religiosas proscritas del hotel Biron [actual Museo Rodin], una serie de dibujos libidinosos y de croquis cínicos, precisamente de mayor brutalidad todavía que las actitudes impúdicas del fauno que fue justamente silbado ayer en el teatro de Châtelet".

Los dibujos eróticos de Rodin han interesado a la crítica francesa también por aspectos que no tienen que ver directamente con el erotismo. Los críticos destacan, por ejemplo, la fuerza del trazo del escultor, alejado totalmente del academicismo, tal como aparece también en sus últimas esculturas, en "una progresión hacia la abstracción", según palabras de un crítico. Pero también destaca el uso de la acuarela, que le emparenta con el arte oriental.

Los mármoles

Los aspectos técnicos y artísticos son lógicamente más importantes en la exposición de mármoles expuesta, ésta sí, en el museo, que carecen del mordiente de lo prohibido, pero restituyen una parte muy importante de su obra.La catalogación razonada de 99 mármoles ha permitido borrar 70 años después 1a mala impresión producida por la última etapa de la vida del artista, en la que se firmaron con su nombre, de forma abusiva, esculturas realizadas por discípulos suyos.

La restauración de los mármoles, que han recuperado la blancura original, y su atribución definitiva a Rodin han contribuido también a ofrecer al público en toda su entereza a este escultor, uno de los más célebres de la historia del arte, pero también uno de los más desconocidos.

Prostitutas, madres y marquesas

El novelista Philippe Sollers y el escultor Alain Kirili han reconstruido algunos aspectos de la creación de estos monumentos a la obscenidad artística.Según Sollers, Rodin, un hombre que se mantuvo muy vigoroso hasta el final, y que en vida gozó de una fama realmente excepcional, solicitaba y obtenía los servicios como modelos de todo tipo de mujeres, desde prostitutas hasta alguna marquesa, pasando por honestísimas madres de familia.

Rodin indicaba a las mujeres las posiciones que pretendía y les pedía que se enlazaran en abrazos lésbicos. "Van a casa de Rodin como al burdel", dice Philippe Sollers en su descripción. Y añade: "¡Si estos dibujos pudieran hablar! ¡Pero la verdad es que hablan! Gemidos, gritos, murmullos, obscenidades... ¿Digo que estas vistas no tienen precedente? ¿Se me responde, la India, el trantismo? Nada que ver. Rodin sabe que está de lleno en el pecado radiante, que muestra una verdad prohibida para siempre, una flor del mal".

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