Reagan confía en un pronto acuerdo con la URSS

Ronald Reagan, animado por una recuperación de 10 puntos en su hundido índice de popularidad tras admitir su responsabilidad en el Irangate, está "más optimista que nunca" ante la posibilidad de lograr un rápido acuerdo con la URSS para eliminar los euromisiles. El secretario de Estado, George Shultz, viajará a Moscú del 13 al 16 de abril para "consolidar el proceso que hemos emprendido" sobre los misiles de alcance intermedio y discutir las fechas de una nueva cumbre entre Reagan y Mijail Gorbachov, anunció ayer la Casa Blanca. El presidente se agarra a este tema para dejar atrás la crisis, y...

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Ronald Reagan, animado por una recuperación de 10 puntos en su hundido índice de popularidad tras admitir su responsabilidad en el Irangate, está "más optimista que nunca" ante la posibilidad de lograr un rápido acuerdo con la URSS para eliminar los euromisiles. El secretario de Estado, George Shultz, viajará a Moscú del 13 al 16 de abril para "consolidar el proceso que hemos emprendido" sobre los misiles de alcance intermedio y discutir las fechas de una nueva cumbre entre Reagan y Mijail Gorbachov, anunció ayer la Casa Blanca. El presidente se agarra a este tema para dejar atrás la crisis, y dijo el jueves que un compromiso "está al alcance de la mano".

"La cumbre es una posibilidad cierta, y los acontecimientos parecen prometedores", dijo el consejero de Seguridad Nacional Frank Carlucci después de una reunión entre el presidente y el equipo negociador norteamericano, que ha regresado de Ginebra tras informar a los aliados en Bruselas. "Las conversaciones de Shultz en Moscú servirán para avanzar en todos los aspectos de las relaciones con la URS S", explicó Carlucci. Ya se habla en Washington del otoño, e incluso del verano, para recibir a Gorbachov en Estados Unidos y firmar un acuerdo capaz de salvar históricamente a la presidencia.Reagan calificó el cambio de posición soviético como "un gran paso adelante" y "un gran momento de esperanza para la humanidad". "Creo que hemos dado demasiadas vueltas en los últimos meses a estas politiquerías internas de Washington [el Irangate]. Pero a mí los norteamericanos me mandaron a la Casa Blanca a realizar un trabajo y me quedan aún dos años para que se haga", dijo el presidente.

La ayuda a la 'contra'

Aprovechando la nueva atmósfera creada por su discurso, Reagan solicitó ayer al Congreso que apruebe la entrega de 40 millones de dólares (5.200 miliones de pesetas) de ayuda militar a la contra, parte del paquete de 100 millones de dólares ya aprobado por el Parlamento para este año. En su petición, el presidente afirma.: "Actualmente no hay ninguna perspectiva razonable de que los sandinistas negocien una solución diplomática pacífica con sus vecinos, sin ayuda suplementaria a los rebeldes".

Lis demócratas van a intentar retrasar la entrega de 40 millones hasta que se aclare el contragate. El líder rebelde Adolfo Calero reconoció ayer por primera vez que recibió 200.000 dólares (26 millones de pesetas) de una cuenta suiza controlada por Oliver North. También admitió que durante los dos años que el Congreso había prohibido la ayuda directa de EE UU, los contra recibieron 32 millones de dólares (4.160 millones de pesetas), la mayor parte a través de ex generales norteamericanos que manejaban la red privada creada por el Consejo de Seguridad Nacional.

Pero aunque el pueblo norteamericano olvida pronto y en la Casa Blanca se afirma con cierto triunfalismo que "Reagan cabalga de nuevo", el escándalo del Irangate continúa arrojando una pesada sombra. Nuevas revelaciones señalaron ayer que la Casa Blanca trató de manipular el informe Tower pidiendo que se suprimiera el cambio de opinión del presidente sobre cuándo aprobó la venta de armas a Irán. Por otra parte, una revista de izquierda poco conocida informa que los teléfonos privados de Robert McFarlane estaban pinchados por el espionaje norteamericano.

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La Casa Blanca desmintió estas dos afirmaciones, que reflejan, sin embargo, que la crisis provocada por el Irangate no va a desaparecer por arte de magia, gracias a un buen discurso del gran comunicador. The Washington Post informó ayer que el asesor legal de la Casa Blanca Peter Wallison, destituido por Howard Baker, sugirió a los miembros de la comisión Tower que dijeran simplemente en su informe que el presidente no se acordaba de cuándo autorizó la venta de armas a Jomeini, sin reflejar sus declaraciones contradictorias. Los investigadores se negaron, afirmando que sería un "caso claro de manipulación presidencial". La edición de bolsillo del informe Tower es ya un éxito de ventas, con 700.000 ejemplares en la calle en una semana.

La revista Progressive, un mensual político muy crítico de la Administración, informa, por su parte, que la supersecreta Agencia Nacional de Seguridad (NSA), una CIA bis encargada del espionaje electrónico, colocó un aparato en una habitación de la casa de McFarlarte que grababa y descifraba, sus conversaciones, cuando dejó el Consejo de Seguridad Nacional pero aún trabajaba como asesor para la Casa Blanca. "Los expertos nos dicen que esto no es posible, la NSA lo desmiente", dijo ayer el portavoz presidencial, Marlin Fitzwater.

La revista, en un artículo titulado La Casa Blanca vuelve a grabar, dice también que el Pentágono, la CIA y la NSA tienen un archivo de cintas con las conversaciones grabadas de los principales miembros de la Administración, incluido el presidente.

El hermano hablador

Como le ocurrió a Jimmy Carter con la pesadilla de Billy, que entró en negocios con el líder libio, Muammar el Gaddafi, a Ronald Reagan le ha salido un hermano hablador que puede aumentar sus, no pocas dificultades.Nell Reagan ha dicho a un semanario de San Diego, The Citizen, que cree que la prohibición del Congreso de Estados Unidos de ayudar a la contra le hizo buscar al presidente el camino del desvío de fondos procedentes de Irán porque "hay más de una forma de despellejar a un gato".

"¿Eso ha dicho mi hermano? Yo sí que le voy a despellejar", ha respondido riéndose el presidente Ronald Reagan, confrontado con esta declaración del normalmente prudente Neil.

Éste afirmó en sus declaraciones que su hermano Ronald "fue al Congreso de EE UU pidió el dinero para la contra nicaragüense, y el Parlamento se lo negó, Sabiendo esto apuesto a que mi hermano regresó a su oficina y, dijo: 'Hay más de una forma de despelle jar a un gato. Vamos a hablar con esos tipos de Irán y ver si quieren algunas armas'. Luego el presidente no tenía ninguna obligación de ir a nadie y decirle: '¿Puede darme un par de dólares para la contra?".

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