Atenuada en Manila la alerta máxima militar decretada ante los rumores de golpe

La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, inició ayer su segunda jornada de gira por la isla de Mindanao, al sur del país, mientras en la capital, Manita, continuaron los rumores sobre intentos de desestabilización militar de su Gobierno. Las fuerzas armadas recibieron órdenes de custodiar las emisoras de radio y televisión, según informaciones de Prensa. En la noche del viernes al sábado, poco después de que Aquino iniciara su viaje por la conflictiva isla, en la que opera la guerrilla musulmana, el Ejército había protegido el palacio presidencial de Malacañang, en Manila, y permanecido en ...

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La presidenta de Filipinas, Corazón Aquino, inició ayer su segunda jornada de gira por la isla de Mindanao, al sur del país, mientras en la capital, Manita, continuaron los rumores sobre intentos de desestabilización militar de su Gobierno. Las fuerzas armadas recibieron órdenes de custodiar las emisoras de radio y televisión, según informaciones de Prensa. En la noche del viernes al sábado, poco después de que Aquino iniciara su viaje por la conflictiva isla, en la que opera la guerrilla musulmana, el Ejército había protegido el palacio presidencial de Malacañang, en Manila, y permanecido en alerta máxima, atenuada ayer.

Estados Unidos reiteró ayer su apoyo al Gobierno de Cory Aquino. El secretario de Estado, George Shultz, elogió a la presidenta filipina y dijo que deseaba que se "lograra una nueva Constitución" para el país.La movilización militar es la primera que se produce desde la crisis del pasado 23 de noviembre, cuando la presidenta destituyó al ministro de Defensa, Juan Ponce Enrile, y reorganizó su Gabinete. Sin embargo, tras permanecer unas horas cortadas a la circulación, las calles que rodean al palacio presidencial fueron abiertas ayer por la mañana nuevamente al tráfico y recobraron la normalidad. Fuerzas militares continuaban, no obstante, manteniendo una especial, vigilancia sobre el edificio.

Tanto Aquino como algunos altos oficiales del Ejército filipino negaron que se hubieran registrado alteraciones de la normalidad en el país. La presidenta continuó su recorrido en Mindanao en busca de apoyo a la nueva Constitución propuesta por su Gobierno, que será sometida a plebiscito el 2 de febrero.

Días antes dé iniciar este viaje, se produjo la intensificación de las acciones de un sector de la guerrilla musulmana, el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI), con el balance de 52 muertos en cinco días. Algunos asesores habían aconsejado a la presidenta la suspensión de su viaje, ante los riesgos que podía correr.

Sin embargo, Aquino decidió realizar la gira, al tiempo que el asesor presidencial Aquilino Pimentel acordaba un alto el fuego "temporal" con el FMLI, fracción disidente del Frente Moro de Liberación, Nacional (FMLN), organización ésta que en diciembre pasado acordó una tregua con el Gobierno de Manila.

Pimentel acordó el alto el fuego con el segundo jefe del FMLI, Haji Murad, quien mantuvo ayer en la ciudad de Coto bato (en Mindanao) una breve entrevista con la presidenta, según informaciones radiofónicas.

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Aquino invitó a Murad a ir a Manila y este dirigente musulmán afirmó que transmitiría el mensaje al máximo dirigente del grupo, Hashim Satamat que se encuentra fuera de Filipinas.

Plan de desestabilización

A pesar de que el portavoz del Ejército filipino, capitán Anselmo Cabigan, desmintió la existencia de una tentativa golpista, comentarios periodísticos publicados ayer en Manila resumían las presuntas intenciones de los conspiradores.

Según el periódico Philippine Tribune, los autores de la conspiración buscan la dimisión de la presidenta, la reunión de la antigua Asamblea y el sometimiento del Gobierno a la autoridad de la Constitución de 1973, elaborada bajo el régimen de Ferdinand Marcos.

El periódico indica que los responsables de la tentativa de golpe se oponen a la nueva Constitución propuesta por Aquino. El periódico Manila Chronicle, por su parte, indica que las Fuerzas Armadas fueron puestas en estado de alerta máxima el viernes, tras conocerse informaciones de los servicios secretos según las cuales la guerrilla musulmana proyectaba la realización de nuevos ataques contra objetivos militares y civiles. Otras fuentes indican que las acciones guerrilleras de la semana pasada eran el primer episodio de una nueva ofensiva contra el Gobierno.

En declaraciones publicadas ayer en Arabia Saudí por Saudi Gazette, el líder del FMLI, Salamat Hashim, que reside en el país árabe, afirma: "Las puertas están abiertas a la negociación, pero la iniciativa debe venir del Gobierno".

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