Disgusto marroquí por la oferta de la CE para sus productos agrícolas

El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Abdelatiz Filali, expresó ayer su disgusto por la oferta hecha a Marruecos por la Comunidad Europea (CE) en el marco de su política mediterránea, pero Claude Cheysson, el comisario europeo encargado de la negociación, le contestó que no iba a ser modificada.El jefe de la diplomacia de Rabat, al que acompañaba su secretario de Estado encargado de las relaciones con la Comunidad, fue también recibido durante sus 48 horas de estancia en la capital belga por el presidente de la comisión europea, Jacques Delors, y por los comisarios de Agricultura y Pesca...

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El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Abdelatiz Filali, expresó ayer su disgusto por la oferta hecha a Marruecos por la Comunidad Europea (CE) en el marco de su política mediterránea, pero Claude Cheysson, el comisario europeo encargado de la negociación, le contestó que no iba a ser modificada.El jefe de la diplomacia de Rabat, al que acompañaba su secretario de Estado encargado de las relaciones con la Comunidad, fue también recibido durante sus 48 horas de estancia en la capital belga por el presidente de la comisión europea, Jacques Delors, y por los comisarios de Agricultura y Pesca, Frans Andriessen y Antonio Cardoso e Cunha, con los que elaboró el calendario de la negociación entre la Comunidad y Rabat sobre la renovación del acuerdo pesquero hispanomarroquí que expira en agosto de 1987.

Aprobada a finales de octubre pasado, la llamada política mediterránea, dirigida a todos los países terceros del Mare Nostrum con excepción de Libia y Albania, consiste primero en ofrecer para sus productos agrícolas condiciones arancelarias y calendarios ventajosos para su entrada en la CE e intentar así que no resulten excesivamente perjudicados por la reciente ampliación de la Comunidad a España y Portugal.

Concesiones insuficientes

Además de criticar la insuficiencia de las concesiones hechas a Marruecos que, sin embargo, le equiparan en muchos aspectos a los nuevos miembros de la CE, Filali expresó los temores de su Gobierno ante la incertidumbre que pesa sobre las exportaciones agrícolas marroquíes cuando en 1996 concluya el período transitorio para España, y ninguna traba obstaculice la venta en la Comunidad de las frutas y hortalizas peninsulares.

Las críticas de Filali contra la oferta hecha a las exportaciones marroquíes y su aparente intención de retrasar la firma del acuerdo con la Comunidad se explican, según fuentes comunitarias, por su deseo de colocarse en posición de fuerza de cara a la segunda fase de la política mediterránea, en el curso de la cual serán concedidas ayudas financieras -subvenciones a fondo perdido y créditos con bajos intereses- a los países ribereños del Mediterráneo por importe superior a los de 140.000 millones de pesetas.

En segundo lugar, el ministro de Hassan II espera poder compensar la insuficiencia de la oferta mediterránea sacando el máximo partido de la negociación, que se iniciará este mismo año, del acuerdo pesquero entre Madrid y Rabat, que deberá ser sustituido por otro entre la Comunidad y Marruecos, pero del que se aprovecharán casi exclusivamente las 900 embarcaciones andaluzas y canarias que faenan en esas aguas. No en balde Filali recordó que su país es "el único incluido en la política mediterránea que posee una gran riqueza pesquera". Rabat ya había manifestado su intención de ligar ambas negociaciones.

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