FRENAZO A LA DISTENSIÓN

La OTAN quita importancia al fracaso en la 'cumbre'

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y sus homólogos europeos de la Alianza Atlántica restaron ayer importancia al fracaso de la cumbre de Reikiavik entre los líderes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, respectivamente. El jefe de la diplomacia estadounidense llegó ayer a Bruselas, procedente de la capital de Islandia, minutos antes de las dos de la madrugada, para celebrar por la mañana una reunión ministerial especial del Consejo del Atlántico Norte, en la que informó a sus homólogos europeos de las conversaciones mantenidas el fin d...

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El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y sus homólogos europeos de la Alianza Atlántica restaron ayer importancia al fracaso de la cumbre de Reikiavik entre los líderes de Estados Unidos y de la Unión Soviética, Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, respectivamente. El jefe de la diplomacia estadounidense llegó ayer a Bruselas, procedente de la capital de Islandia, minutos antes de las dos de la madrugada, para celebrar por la mañana una reunión ministerial especial del Consejo del Atlántico Norte, en la que informó a sus homólogos europeos de las conversaciones mantenidas el fin de semana en la isla.

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"Reikiavik", afirmó insistentemente Shultz en la conferencia de prensa con la que concluyó su breve estancia en Bruselas, "ha supuesto un éxito". "El fracaso hubiese consistido en no intentarlo o en si allí se hubiese decidido no continuar trabajando para seguir adelante".Un secretario de Estado norteamericano, que el domingo se declaraba, poco antes de separarse de Reagan, "profundamente decepcionado" por la falta de resultados alcanzados durante la cumbre, expresaba ayer su sorpresa "ante los primeros artículos que he visto sobre el fracaso". "Si se compara lo que ha ocurrido con las previsiones hechas hace una semana, es asombroso", dijo Shultz.

La aparente satisfacción del responsable de la política exterior norteamericana era compartida por sus 15 homólogos de los aliados de la OTAN, a los que Shultz describió animados por un "sentimiento de sorpresa y alegría en relación con los avances" realizados en Reikiavik, sobre los que los negociadores "continuarán trabajando en Ginebra".

La única nota menos optimista, en las respuestas de un secretario de Estado visiblemente cansado por la falta de sueño, fue su confirmación de que, en contra de lo esperado, "ninguna flecha ha sido fijada" para la celebración de una nueva cumbre bilateral en Washington, y que incluso "no existen proyectos concretos al respecto".

En el comunicado final de la reunión, el secretario general de la OTAN, lord Carrington, emplea términos similares a los de Shultz para resaltar los "progresos significativos que emergen en varios campos" después de Reikiavik, y se refiere a la "voluntad de continuar trabajando para conseguir acuerdos honestos y equilibrados".

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En sus reuniones posteriores con los corresponsales de sus respectivos países, los ministros de Asuntos Exteriores se mostraron también confiados en las posibilidades de lograr acuerdos en los diversos foros de negociación sobre desarme entre el Este y el Oeste. "Tenemos todos que hacer todo lo posible", declaró, por ejemplo, el alemán occidental Hans-Dietrich Genscher, "para que sigan adelante todas las conversaciones entabladas hasta ahora". .

El italiano Giulio Andreotti resultó ser el más optimista de los participantes al no querer descartar ante la Prensa que se vaya aún a celebrar una cumbre Reagan-Gorbachov, en este año, porque ha quedado demostrado, dijo, que se pueden convocar con escasa antelación. El jefe de la diplomacia italiana reconoció, no obstante, que "no parecía muy probable su celebración". Fernando Perpiñá, subsecretario del Ministerio español de Asuntos Exteriores, que asistió en nombre de España a la reunión de Bruselas, confirmó ayer que la impresión negativa de la cumbre había sido .corregida". Han "emergido elementos positivos, como la voluntad negociadora", dijo.

El primer ministro francés, Jacques Chirac, afirmó ayer en París que no compartía el pesimismo reinante tras la cumbre y señaló que la idea de un acuerdo sustancial sobre armas estratégicas y de pruebas nucleares subterráneas "son elementos positivos para atemperar el pesimismo", informa Lluís Basets.

[El primer ministro de Japón, Yasuhiro Nakasone, por su parte, calificó de "profundamente desafortunado" el resultado de Reikiavik y manifestó su esperanza que las reuniones prosiguieran, informa Efe.]

Shultz, quien defendió el mantenimiento de la guerra de las galaxias ante sus colegas de la OTAN, dijo que, en su opinión, los pacifistas debían convertirse en "admiradores de Reagan, cuya postura testaruda, y realista permitirá lograr un acuerdo".

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