Enfrentarse a los terroristas

THE WALL STREET JOURNALSe desconoce todavía quién estaba detrás del ataque terrorista al avión de Pan Am, ocurrido el viernes pasado en el aeropuerto de Karachi, y que causó al menos 17 muertos y más de 120 heridos, incluídos niños. Tampoco se sabe con seguridad quiénes planearon el asesinato de 22 personas el sábado en una sinagoga de Estambul. Lo que sí sabemos es que estas sangrientas pesadillas convocarán automáticamente otra ronda de discusiones sobre cómo prevenir tales horrores.( ... )De algunos sectores, hay que esperar escuchar las crispadas razones de costumbre: que esta reciente mat...

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THE WALL STREET JOURNALSe desconoce todavía quién estaba detrás del ataque terrorista al avión de Pan Am, ocurrido el viernes pasado en el aeropuerto de Karachi, y que causó al menos 17 muertos y más de 120 heridos, incluídos niños. Tampoco se sabe con seguridad quiénes planearon el asesinato de 22 personas el sábado en una sinagoga de Estambul. Lo que sí sabemos es que estas sangrientas pesadillas convocarán automáticamente otra ronda de discusiones sobre cómo prevenir tales horrores.( ... )De algunos sectores, hay que esperar escuchar las crispadas razones de costumbre: que esta reciente matanza forma parte de una nueva ola terrorista consecuencia del ataque aéreo norteamericano contra Libia, el 15 de abril; que las represalias contra quien planeó y financió el asalto de Karachi o las muertes de Estambul solamente provocarán nuevos ataques terroristas; que los terroristas árabes son locos suicidas a los que no se puede disuadir.

Pero ahora mismo, mientras los aturdidos supervivientes todavía están contando sus experiencias a la Prensa, resulta crucial recordar que el único modo de desterrar el terrorismo es castigar a los que están detrás de él. Israel, que desde hace tiempo ha reconocido este principio, acaba de declarar su intención de actuar tan pronto como se conozca quién organizó el ataque a la sinagoga de Estambul. Los israelíes han comprendido que en ninguno de estos casos se está tratando con locos, sino más bien, con personas cuerdas.

Los que entrenan y arman a los terroristas son criminales racionales, que aceptan riesgos calculados. Si las penas impuestas por llevar a cabo una operación terrorista fueran altas, habría menos terrorismo. Incluso el coronel Gaddafi, un hombre que en muchas partes no está precisamente considerado como cuerdo, se calmó considerablemente después del ataque aéreo de Estados Unidos contra Libia.( ... )

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8 de septiembre

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