El gasto en pensiones aumentará casi un 12%, en 1987, aunque se reducira su peso en los presupuestos de la Seguridad Social

El gasto en pensiones aumentará el próximo año un 11,7% (hasta los 2,7 billones de pesetas), pese a que disminuirá. su participación en los presupuestos de la Seguridad Social y a que la revalorización media será como mucho del 5%. La decisión entre este 5% y el 4% fijado como objetivo de inflación, así como la posibilidad de bajar las cotizaciones empresariales, dependerá de lo que se incremente la aportación del Estado, asunto que ha enfrentado a los ministerios de Trabajo y Economía y Hacienda. Uno de los frenos al gasto en pensiones procede de que, por haber entrado en vigor la ley de sani...

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El gasto en pensiones aumentará el próximo año un 11,7% (hasta los 2,7 billones de pesetas), pese a que disminuirá. su participación en los presupuestos de la Seguridad Social y a que la revalorización media será como mucho del 5%. La decisión entre este 5% y el 4% fijado como objetivo de inflación, así como la posibilidad de bajar las cotizaciones empresariales, dependerá de lo que se incremente la aportación del Estado, asunto que ha enfrentado a los ministerios de Trabajo y Economía y Hacienda. Uno de los frenos al gasto en pensiones procede de que, por haber entrado en vigor la ley de sanidad, la dotación de ésta crecerá casi un 15,5%, lo que hará incrementar los presupuestos totales de la Seguridad Social cerca del 12,5%. (hasta 4,45 billones).

El cierre del proyecto de presupuestos, que deberá estar en el Parlamento junto a los del Estado antes del día 1 de octubre, depende principalmente de la decisión que adopte el Gobierno sobre el aumento de la aportación del Estado, según fuentes de la Administración. Como ha ocurrido otras veces, el asunto ha enfrentado nuevamente a los ministerios de Economía y Hacienda, coordinador de los Presupuestos del Estado y principal defensor de la contención de los gastos, y de Trabajo y Seguridad Social.

Reducción de cuotas

Las diferencias oscilan entre elevar dicha aportación en 100.000 millones sobre los 941.072 de 1986, o engrosarla hasta un máximo de 400.000. Pero la decisión final influirá menos en las dotaciones para cada capítulo de gastos que en si bajarán o no las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social. Ello obedece a que el anteproyecto presentado por Trabajo está casi íntegramente condicionado por dos factores: los compromisos de gastos adquiridos o previstos en materia de pensiones y la entrada en vigor de la ley de sanidad, que elevará las dotaciones para asistencia sanitaria en torno al 15,5% (hasta los 1.168.300 millones).

La principal variable depende de las conversaciones que tenga el Gobierno con sindicatos y patronal: si la revalorización media de las pensiones queda en el 4% fijado como objetivo de inflación o si asciende al 5%.

Incluso en esta segunda hipótesis -la considerada en estos momentos más probable por la Administración-, la entrada en vigor de la ley de sanidad y de la ley que desde hace un año redujo las futuras pensiones de la Seguridad Social harán disminuir el peso de las pensiones sobre la estructura de gastos del sistema, por primera vez en las dos últimas décadas. Debido a la citada revisión media, y sobre todo al incremento previsto en el número de pensionistas, la dotación total para este capítulo aumentará un 11,7%, hasta los 2,7 billones de pesetas, según el actual proyecto. Pero su peso sobre los 4,45 billones de gasto presupuestado quedará un 60,6% ligeramente por debajo de la cota máxima del 61% presupuestada para 1986.

Los gastos presupuestados para incapacidad laboral transitoria se elevarán un 11,4% y ascenderán a 201.000 millones de pesetas. También disminuirá el peso del resto de las prestaciones económicas, donde el incremento será bastante inferior al de las dos anteriores, e incluso negativo. La dotación para invalidez provisional será de 43. 100 millones, apenas un 4,7% mayor que la de 1986. La de protección a la familia rondará los 50.000 millones, contra los 50.059 presupuestados para 1986.

Por el contrario, los gastos en asistencia sanitaria, empezarán a recuperar parte del peso relativo que perdieron en años anteriores.Dentro de ellos, crecerán más los de asistencia prestada con medios propios -un 17,2%, hasta situarse en 792.500 millones- que los realizados mediante conciertos con el sector privado u otros medios ajenos, para los cuales se ha presupuestado un incremento del 10% (hasta 178.300 millones). También crecerán por encima de la media -un 13,8%- las dotaciones para recetas, que alcanzarán los 197.500 millones.

En cambio, la entrada en vigor de la ley de sanidad no supondrá tirón alguno para el capítulo de inversiones reales.

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