El eco de la 'revolución' americana de Reagan

La idea de simplificar el impuesto sobre la renta Con una reducción de escalas y, tipos forma parte del núcleo de la segunda revolución americana anunciada en EE UU por Ronald Reagan.Hace un año, cuando el Instituto de Estudios Fiscales pidió sugerencias a los expertos con vistas a la reforma del IRPF realizada meses después por el Gobierno socialista, las propuestas se centraron principalmente en el tratamiento fiscal del matrimonio 3, de los incremementos y disminuciones patrimoniales, así como en suprimir deducciones.

Hoy, la revolución de Reagan ha triunfado en Estados...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La idea de simplificar el impuesto sobre la renta Con una reducción de escalas y, tipos forma parte del núcleo de la segunda revolución americana anunciada en EE UU por Ronald Reagan.Hace un año, cuando el Instituto de Estudios Fiscales pidió sugerencias a los expertos con vistas a la reforma del IRPF realizada meses después por el Gobierno socialista, las propuestas se centraron principalmente en el tratamiento fiscal del matrimonio 3, de los incremementos y disminuciones patrimoniales, así como en suprimir deducciones.

Hoy, la revolución de Reagan ha triunfado en Estados Unidos, donde el Senado aprobó el 25 de junio último la siguiente versión: reducir las 14 escalas (del 11% al 50%) a dos, con tipos del 15% y 27%. Todavía falta el consenso con la Cámara de Representantes, que prefiere cuatro categorías (del 15% al 38%). Pero los ecos del esquema de esta reforma -simplificación que redunde en una menor presión del impuesto, elevación del mínimo exento y supresión de la maraña de deducciones- han calado en España.

Más información

En la propia Administración está extendida la creencia en que la magnitud del fraude -51% de las rentas declaradas en 1984- limita la progresividad del impuesto. Las bases imponibles superiores a 10 millones sólo aportaron en 1985 el 3% de la recaudación.

Contra los problemas del IRPF español, sobre todo la falta de generalidad y equidad -provocada por la persistencia del fraude y acentuada por los efectos de la inflación en las tarifas-, acaban de surgir dos propuestas de reforma, en línea con la de Reagan.

El profesor Enrique Fuentes Quintana defiende un tipo único del 24,5% y subir mucho el mínimo exento y las deducciones por matrimonio e hijos, de forma que se mantuviera la progresividad del tributo. La pasada semana aseguró que así sólo pagarán más entre del 1% al 3% de los contribuyentes. Por su parte, el catedrático Manuel Lagares propugna dos tipos (20% para menos de dos millones y 30% para más), acompañados por la límitación de todas las deducciones a tres más altas que ahora.

La respuesta de varios altos cargos de la Administración ha sido que detrás de estas propuestas parece haber un propósito bajar los impuestos a quienes tienen más. No obstante, las iniciativas han sido consideradas en algunos medios socialistas. El ex ministro Miguel Boyer se mostró la pasada semana partidario de una reforma que simplifique el impuesto, baje las tarifas y desanime el fraude. También apoyó esta iniciativa el secretarío de Estado de Economía, Miguel Ángel Femández Ordóñez, aunque bajo las condiciones de que no disminuya la progresividad ni la recaudación.

Oficialmente, el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, declaró que tal reforma sería prematura.

Archivado En