Descarado desprecio al público
Los caballos que se utilizan para picar en Las Ventas. han pasado de malos a desastrosos en esta Feria de San Isidro. Naturalmente, con ellos el primer tercio -fundamental en la lidia- es un desastre.
El desprecio de la empresa de la plaza de Las Ventas a los lidiadores y al público ha llegado en este vidrioso asunto al descaro. Pudo verse el lunes, cuando toda la plaza estaba pendiente de la casta del sexto de Victorino, cómo se empeñaba en mantener en el ruedo, para la suerte, un caballo resabiado e histérico, mientras hacía puerta otro en condiciones, cabalgado por el Pimpi,...
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Los caballos que se utilizan para picar en Las Ventas. han pasado de malos a desastrosos en esta Feria de San Isidro. Naturalmente, con ellos el primer tercio -fundamental en la lidia- es un desastre.
El desprecio de la empresa de la plaza de Las Ventas a los lidiadores y al público ha llegado en este vidrioso asunto al descaro. Pudo verse el lunes, cuando toda la plaza estaba pendiente de la casta del sexto de Victorino, cómo se empeñaba en mantener en el ruedo, para la suerte, un caballo resabiado e histérico, mientras hacía puerta otro en condiciones, cabalgado por el Pimpi, que es el contratista de la cuadra.
El desbajaruste duró, en medio del escándalo, hasta que intervino la autoridad (tarde, según costumbre), pero luego se hizo presente el Pimpi y el varazo infame que le pegó al toro, acosándole con el caballo en los medios, fue la grosera proclamación de su prepotencia, un desafío al público y una puñalada trapera a la propia fiesta.