Cuba suspende por tres meses el pago del servicio de su deuda externa a los países occidentales

La situación económica de América Latina toca otra vez límites críticos. Cuba anuncia que a partir del próximo lunes suspenderá el pago del servicio de su deuda externa con los países occidentales; Venezuela utiliza por primera vez una histórica cláusula de salvaguardia para renegociar la parte de su deuda que ya fue renegociada en febrero, es decir, hace dos meses, y México continúa sin llegar a acuerdos con los bancos acreedores, tras el dramático SOS del presidente Miguel de la Madrid del mes de febrero.

A partir del próximo lunes, Cuba postergará por un plazo de 90 días los pagos de...

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La situación económica de América Latina toca otra vez límites críticos. Cuba anuncia que a partir del próximo lunes suspenderá el pago del servicio de su deuda externa con los países occidentales; Venezuela utiliza por primera vez una histórica cláusula de salvaguardia para renegociar la parte de su deuda que ya fue renegociada en febrero, es decir, hace dos meses, y México continúa sin llegar a acuerdos con los bancos acreedores, tras el dramático SOS del presidente Miguel de la Madrid del mes de febrero.

A partir del próximo lunes, Cuba postergará por un plazo de 90 días los pagos del servicio de su deuda externa con los países occidentales, estimada en unos 3.200 millones de dólares (más de 440.000 millones de pesetas). Este anuncio fue hecho en La Habana por funcionarios del Gobierno que preside Fidel Castro a miembros del llamado Club de París (foro en el que se discute y se renegocia la deuda con países soberanos.). Esta decisión fue motivada por la disminución de ingresos por divisas, depreciación del dólar, reducción del precio del petróleo (que afecta a los ingresos por reexportación del combustible) y por los daños causados por algunas catástrofes naturales, como el huracán Kate, en noviembre de 1985. Paralelamente, Cuba ha solicitado un nuevo crédito por valor de 500 millones de dólares.Hace tres años que Cuba ya solicitó la renegociación de una parte de la deuda exterior, pidiendo una moratoria durante un plazo de 10 años. En aquel momento, el Banco Nacional de Cuba envió un télex a los bancos centrales, explicando las condiciones de renegociación de la deuda cubana. En septiembre de 1982, la moratoria fue achacada por los cubanos a la crisis económica mundial: "En los, últimos años", se decía en el télex, «nuestro Gobierno ha puesto en marcha todas las medidas a su alcance para enfrentar las consecuencias de la crisis económica mundial, lo cual se ha traducido en un desorbitado incremento de las tasas de interés, el endurecimiento de los términos de la financiación exterior, la contracción de la demanda para productos fundamentales de exportación y el rápido y sostenido crecimiento de los precios de los productos de importación, todo lo cual, unido a la disminución del crédito externo, significará en el futuro de nuestro país una merma de recursos de más de 1.500 millones de dólares".

Deuda con la URSS

La parte de la deuda externa que Cuba tiene con los países desarrollados es la menos significativa de la deuda global. La de más importancia cuantitativa es la que tiene con la URSS, cuyo monto nunca se ha hecho público. Fidel Castro, el líder cubano, se ha convertido en el último año en el abanderado de América Latina de los que defienden la necesidad de que la región se declare en suspensión unilateral de pagos, ante la imposibilidad matemática de cumplir con el servicio de los créditos. Fidel ha afirmado una y otra vez que esta moratoria no tendría consecuencias de crack financiero para el mundo desarrollado, y concretamente para EE UU y sus bancos, principales acreedores.Según Fidel, el impago de la deuda podría ser cubierto con una disminución del 12% del presupuesto de defensa norteamericano.

El líder cubano hacía pública esta postura el pasado verano, justo al mismo tiempo que tomaba posesión de la presidencia peruana Alan García, defensor de otra tesis menos radical sobre la deuda externa. García sostiene que único modo de tratar el endeudamiento de la región, sin hipotecar su crecimiento económico, es el de destinar únicamente un porcentaje del valor de las exportaciones al servicio de la deuda y realizar las negociaciones sin la presencia del gendarme de la ortodoxia: el Fondo Monetario Internacional (FMI).

La baja del precio del petróleo está teniendo efectos importantísimos en las economías de los países latinoamericanos exportadores de crudo, principalmente México y Venezuela. Al mismo tiempo que se dilata el paquete de rescate financiero de ayuda al país azteca -que se trasluce en lo inmediato en una reducción del presupuesto-, Venezuela acaba de echar mano de una cláusula firmada el pasado mes de febrero en la última reestructuraellón de la deuda. Esta cláusula defendía el derecho a reducir o suspender el pago del servicio de la deuda si las catástrofes naturales o la caída del precio del petróleo disminuían la capacidad de amortización del servicio de la deuda. Así, el Gobierno de Luisinchi ha anunciado recientemente una nueva renegociación ole la deuda pública, apenas 60 días después de la histórica foto en Nueva York del ministro de Hacienda venezolano con los representantes de centenares de bancos acreedores. Los reembolsos anuales venezolanos debían alcanzar entre 4.000 y 5.000 millones de dólares.

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