Acuerdo de principio sobre los rehenes franceses en Beirut tras liberar Irak a los dos disidentes que le entregó París

La liberación de los dos disidentes iraquíes entregados a Bagdad por las autoridades francesas el 19 de febrero abre el camino para una solución negociada en el caso de los siete rehenes detenidos en Líbano. El doctor Reza Raad, negociador oficioso y único interlocutor aceptado por la organización integrista Yihad Islámica, abandonó ayer Beirut hacia Damasco, tras declarar que sus contactos con los secuestradores fueron positivos y que se habían sentado las bases de un "acuerdo de principio".

En medios periodísticos franceses se estimaba ayer que la liberación de los cuatro miembros del...

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La liberación de los dos disidentes iraquíes entregados a Bagdad por las autoridades francesas el 19 de febrero abre el camino para una solución negociada en el caso de los siete rehenes detenidos en Líbano. El doctor Reza Raad, negociador oficioso y único interlocutor aceptado por la organización integrista Yihad Islámica, abandonó ayer Beirut hacia Damasco, tras declarar que sus contactos con los secuestradores fueron positivos y que se habían sentado las bases de un "acuerdo de principio".

En medios periodísticos franceses se estimaba ayer que la liberación de los cuatro miembros del equipo de televisión retenidos desde el pasado sábado por un grupo shií desconocido (no hay constancia de que se trate de Yihad Islámica) podía ser inmediata, pero existen más dudas sobre la suerte de los otros tres rehenes, un periodista y dos diplomáticos, que se encuentran desde hace un año en manos de sus secuestradores.[Raza Raad efectuó una declaración telefónica al diario beirutí An Nahar desde un lugar desconocido de la periferia sur de Beirut -feudo del integrismo islámico, donde se había trasladado para negociar el martes por la mañana- en la que anunciaba los progresos obtenidos en las negociaciones. A primera hora de la tarde de ayer, según informa Javier Valenzuela desde Beirut, el doctor Raad telelfoneó a su hotel, situado en la zona oeste de la capital. libatiesa, para decir que trasladaran su equipaje a Damasco, ciudad hacia la que él partió por carretera desde los suburbios beirutíes].

La noticia de que el presidente iraquí, Sadam Husein, había aceptado amnistiar a los dos disidentes fue acogida en París con un gran suspiro de alivio porque supone cumplir una de las condiciones exigidas por los integristas shiíes, que habían amenazado con asesinar a un rehén el próximo domingo, coincidiendo con la celebración de las elecciones legislativas en Francia, si no se satisifacían sus reivindicaciones.

Los farniliares de los secuestrados expresaron su agradecimiento, salvo la esposa del sociólogo Michel Seurat -ejecutado la semana pasada, según Yihad Islámica-, que expresó su amargura: "El Gobierno reaccionó tarde y mi marido está muerto. Lo mismo se podía haber hecho hace dos o tres semanas". En medios próximos al servicio de contraespionaje francés se afirma, sin embargo, que Seurat fue asesinado en diciembre de 1985 o en enero de 1986, y que su muerte no está relacionada con el error cometido por el ministro del Interior, Pierre Joxe, de autorizar la expulsión de los dos disidentes. Estas informaciones no hanpodido ser confirmadas, puesto que el cuerpo del sociólogo no ha sido encontrado todavía.

Fuentes oficiosas indicaron que las negociaciones con Bagdad fueron llevadas personalmente y en el más completo secreto por el presidente de la República, François Mitterrand, que envió hace tres días un emisario especial a Sadam Husein. El presidente francés hizo pesar toda su influencia para convencer a las autoridades iraquíes de amnistiar a los dos hombres. "Pueden volver a Francia y continuar sus estudios si así lo desean", aseguró un portavoz del Quai D'Orsay.

69 aviones Mirage

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Mitterrand recordó con toda seguridad a Sadam Husein que Francia es su segundo proveedor de armas en la guerra del Golfo (detrás de la Unión Soviética) y que la situación era lo suficientemente grave como para que el presidente iraquí tuviera interés en mostrarse comprensivo. Según algunas fuentes, París y Bagdad negocian precisamente ahora la venta de 69 aviones Mirage, así como la renovación de material de artillería y de misiles para helicópteros utilizados en la guerra contra Irán.El presidente francés eligió además como emisario al actual embajador en Bonn, Jacques Morizet, que conoce bien a Sadam Husein y que es un hombre próximo al dirigente conservador Jacques Chirac.

Bagdad debe haber comprendido que la presión del Gobierno francés no disminuiría aunque la oposición ganase las elecciones el próximo domingo.

La intervención de Mitterrand alentó inmediatamente las esperanzas sobre el desarrollo de las negociaciones que llevaba a cabo en Beirut el doctor Raad. El cardiólogo francés, de origen libanés, ha ofrecido probablemente a los .secuestradores una importante reducción de las penas a las que fueron condenados los miembros de un comando que intentó asesinar en París al ex primer ministro iraní Chapur Bajtiar. Uno de ellos hizo ayer un llamamiento a sus "hermanos shiíes" para que tranquilicen a, los familiares de los rehenes. El viaje de Reza Raad a Damascel puede significar, según observadores franceses, que se ha llegado a, un principio de acuerdo y que se tirata ahora de convencer a Siria para que actúe como garante del mismo.

Los portavoces del Gobierno de París se negaron ayer a comentar las noticias procedentes de Líbano e insistieron en que debe prevalecer la prudencia. Se ha cumplido una condición necesaria, explicaron, pero todavía no es suficiente para dar por resuelta la crisis.

Una solución positiva del caso tendría sin duda repercusiones políticas y electorales beneficiosas para el Partido Socialista y para Mitterrand, cuyo prestigio se reforzaría cuando la oposición pone en duda sus funciones en política exterior.

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