Mozart no murió envenenado sino de un ataque de reumatismo

El compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart no fue víctima de una conspiración masónica ni tampoco fue envenenado por su rival italiano, Antonio Salieri, sino que falleció simplemente de un ataque agudo de reumatismo.

Ésta es la nueva teoría que expone Anton Neumayr, profesor de la universidad Clínica de Viena, médico del ex canciller federal austriaco, Bruno Kreisky, y experto en Historia de la Música. A su juicio, el rumor de que el famoso compositor murió intoxicado se basa principalmente en una nota divulgada por la publicación Musikalisches Wochenblatt, de Berlín, el...

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El compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart no fue víctima de una conspiración masónica ni tampoco fue envenenado por su rival italiano, Antonio Salieri, sino que falleció simplemente de un ataque agudo de reumatismo.

Ésta es la nueva teoría que expone Anton Neumayr, profesor de la universidad Clínica de Viena, médico del ex canciller federal austriaco, Bruno Kreisky, y experto en Historia de la Música. A su juicio, el rumor de que el famoso compositor murió intoxicado se basa principalmente en una nota divulgada por la publicación Musikalisches Wochenblatt, de Berlín, el 12 de diciembre de 1971, cinco días después de su muerte.

Este escrito aseguraba que el cuerpo del compositor quedó hinchado tras su muerte, lo cual se interpretaba como una señal de intoxicación. El médico y experto en música señala que Mozart sufrió en su niñez repetidamente de anginas y de reuma en las articulaciones y al menos una vez de eritema nodósum, una enfermedad de la piel.

Neumays recuerda que Leopold Mozart, padre del compositor, escribía en una carta en 1762 que su hijo se quejaba de dolores en los pies y el trasero y tenía bastantes manchas rojizas en las piernas. Cuatro años más tarde, prosigue el médico vienés, el padre contaba que Wolfgang "no puede mantenerse en pie ni mover las rodillas ni los dedos de los pies. Además, tiene fiebre por la noche".

Diagnóstico

Para el médico y músico austriaco, el diagnóstico no puede ser más claro: el compositor Wolfgang Amadeus Mozart murió de un ataque agudo de reumatismo con fiebre, que era muy frecuente en el siglo XVIII. Además, dice Neumayr, el precoz músico no logró recuperarse de sus dolencias en la niñez, como las anginas, debido a sus numerosos compromisos musicales, que le obligaban a viajar frecuentemente.En su opinión, las condiciones higiénicas reinantes entonces eran determinantes para que la fiebre reumática fuera letal, ya que tampoco había medicamentos eficaces contra esta enfermedad. En cuestión de horas se producía una subida de la temperatura del paciente hasta los 42 grados centígrados y en pocos días fallecía, señala Neumayr.

Opina, por otra parte, que el tratamiento que le dieron los médicos Closset y Sallaba contribuyó a acelerar su muerte, puesto que el primero le recetó paños fríos sobre la cabeza y el segundo, un sangrador. El 7 de diciembre de 1791 fallecía el excelente compositor y era sepultado en una tumba común en un pequeño cementerio vienés.

La rivalidad entre Mozart y Salieri ha nutrido los rumores y dado rienda suelta a la fantasía de algunos escritores que defienden la hipótesis de que el compositor de Salzburgo fue víctima de las intrigas del músico italiano.

La película Amadeus, de Milos Forman, y los numerosos artículos y libros bibliográficos más o menos rigurosos han dado pie a que fueran desenterradas nuevas tesis que Neumayr pretende sepultar de nuevo con su teoría del reuma agudo.

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