Cartas al director

La memoria de Franco

La insensibilidad se llamaba Franco. Su guerra fue a sangre y cuchillo, despiadada. Su gobierno, de miedo y compulsión. ¿De verdad se ha muerto Franco? Recientemente, un volcán despertó y asistimos insensibles a la impotencia de poder salvar centenares de vidas humanas anegadas en el lodo, porque los medios de ayuda son escasos por parte de naciones que pueden pagarse el lujo de enviar toda una armada invencible a recuperar unos islotes semidesérticos a la otra punta del globo. Más recientemente, los dos mayores traficantes de armas del mundo se reúnen en una ciudad europea, y asistimos in...

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La insensibilidad se llamaba Franco. Su guerra fue a sangre y cuchillo, despiadada. Su gobierno, de miedo y compulsión. ¿De verdad se ha muerto Franco? Recientemente, un volcán despertó y asistimos insensibles a la impotencia de poder salvar centenares de vidas humanas anegadas en el lodo, porque los medios de ayuda son escasos por parte de naciones que pueden pagarse el lujo de enviar toda una armada invencible a recuperar unos islotes semidesérticos a la otra punta del globo. Más recientemente, los dos mayores traficantes de armas del mundo se reúnen en una ciudad europea, y asistimos insensibles a sus risas y apretones de manos y esperamos que lleguen a nadie sabe qué clase de acuerdo. Asistimos insensibles a la integración en una comunidad internacional de orgullosos nacionalismos. Asistimos insensibles a la compra de casi 100 aparatos, cuyo coste es superior al que resultaría de desdoblar las aulas masificadas de todas las escuelas. Asistimos insensibles al debate de unos que quieren metemos en una alianza militar, y de otros que quieren salir de ella, pero no ponen en tela de juicio ni al Ejército ni al nacionalismo. Preparamos insensibles un centenario con muchos años de antelación para exaltar la gesta de una raza y de una nación. Uno consiguió el poder valiéndose de las armas. Otros lo han conseguido a base de mentiras. Buscamos el poder, lo queremos, y queremos mantenernos en el poder una vez conseguido. El poder, destruye laPasa a la página 14

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sensibilidad. La insensibilidad se llamaba Franco. Ahora tiene otros nombres. Ahora se llama nosotros. Y mientras no muera en nosotros, no sabremos vivir.- .

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