Crítica:BALLET

Madurez

Ballet de la Ópera de Minsk.

El lago de los cisnes. Ballet en cuatro actos. Música: P. I. Chaikovski. Coreografía: Ivanov, Petipa, Gorski, Masserer. Intérpretes: Inessa Dushkevich (Odette-Odile), Alexander Korkov (Sifgrido), VIadimir Kornkov (Rothbart, genio del mal).

Teatro Monumental, 10 de septiembre de 1985.

Éste es el mejor espectáculo de los que ha traído el Ballet de Minsk, tanto por su montaje como por la correcta interpretación que hacen del conocido clásico. Hoy lo repiten. En una discreta escenografía, donde el telón de fondo recuerda el castillo de N...

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Ballet de la Ópera de Minsk.

El lago de los cisnes. Ballet en cuatro actos. Música: P. I. Chaikovski. Coreografía: Ivanov, Petipa, Gorski, Masserer. Intérpretes: Inessa Dushkevich (Odette-Odile), Alexander Korkov (Sifgrido), VIadimir Kornkov (Rothbart, genio del mal).

Teatro Monumental, 10 de septiembre de 1985.

Éste es el mejor espectáculo de los que ha traído el Ballet de Minsk, tanto por su montaje como por la correcta interpretación que hacen del conocido clásico. Hoy lo repiten. En una discreta escenografía, donde el telón de fondo recuerda el castillo de Neuschwanstein -escenario más que propicio para la leyenda del cisne-, y con un vestuario irregular, pero con evidentes aciertos de diseño y colorido, toda la compañía aborda el baile con una entrega ejemplar.

En el caso de los ballets de repertorio, quizá lo que emparente música y baile en un todo único y permanente sea la conservación de la tradición, el mantenimiento de los logros pasados. Bailar una obra clásica con rigor fiel a la coreografía y al estilo no implica hacerlo como en tiempos de Petipa. La técnica y el comportamiento escénico evolucionan continuamente hacia un perfeccionamiento, y los medios expresivos, en consecuencia, se sintetizan. Se trata, en suma, como apunta Alonso, de llegar al espectador sin traicionar los originales que han logrado trascender el tiempo y las modas.

Con El lago, Elizariev ha conseguido esto, lo que no se puede decir de su innovador Cascanueces, donde se añoran constantemente. las evoluciones legadas por Petipa.

La función tuvo un pas de trois de lujo en el primer acto, con las bailarinas Nina Pavlova y Tatiana Yershova, destacándose en seguida el joven bailarín que hizo el bufón, personaje introducido en la trama por Gorski en 1920 y que se mantiene en todas las versiones actuales. Inessa Dushkevich es un nombre que no debemos olvidar, se oirá hablar de ella en el futuro. Sensible, virtuosa cuando hace falta, detallista y por momentos espectacular, esta bailarina es una estrella que brillará mucho.

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