Crítica:Estreno en España de la última película sobre Vietnam

Casi un muerto por minuto

A un ritmo de más de un muerto por minuto -98 minutos, alrededor de 100 muertos-, la película Rambo y la figura de su protagonista, Sylvester Stallone, se han convertido en un fenómeno de interés sociológico. Pese a que las críticas más distinguidas de los periódicos y revistas de EE UU, como las de The New Yorker y The Wall Street Journal, mostraron su rechazo y hablaron de "chovinismo narcisista" e "intriga débil", el filme recaudó en seis semanas más de 23.000 millones de pesetas. En muy poco tiempo una edición de una novela basada en la película ha vendido más de 800.000 ejem...

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A un ritmo de más de un muerto por minuto -98 minutos, alrededor de 100 muertos-, la película Rambo y la figura de su protagonista, Sylvester Stallone, se han convertido en un fenómeno de interés sociológico. Pese a que las críticas más distinguidas de los periódicos y revistas de EE UU, como las de The New Yorker y The Wall Street Journal, mostraron su rechazo y hablaron de "chovinismo narcisista" e "intriga débil", el filme recaudó en seis semanas más de 23.000 millones de pesetas. En muy poco tiempo una edición de una novela basada en la película ha vendido más de 800.000 ejemplares.La comercialización ha sido desorbitada. Un arco y unas flechas Rambo se venden por 150 dólares (unas 24.000 pesetas); cuchillos de caza y metralletas de agua van firmados con el título de la película. Aparte se han puesto a la venta unas vitaminas para conseguir la musculatura y el aspecto saludable del protagonista.

En las playas, aviones y helicópteros ondean anuncios con el lema: "Relájese, Rambo le cuida", y la campaña en torno al filme incluye también venta de pegatinas, gorras o chicles. Incluso el presidente, Ronald Reagan, probó los micrófonos antes de una rueda de prensa, durante la crisis de los rehenes en el avión de la TWA, pronunciando la siguiente humorada: "He visto Rambo, ahora sé cómo actuaré la próxima vez".

Para Stallone la película no es de derechas o de izquierdas, sino que representa a "los americanos corrientes", que aman a su país y no comprenden los resortes de la política internacional.

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