El Consejo de seguridad de EE UU, acusado de ayuda ilegal a los 'contra'

El Consejo de Seguridad Nacional (CNS) norteamericano, dependiente de la Casa Blanca, ha dado consejo militar directo a los rebeldes antisandinistas" y "les ha ayudado a conseguir fondos de fuentes privadas", actividades presuntamente ilegales, según denunció ayer The New York Times.La revelación puede provocar un nuevo debate parlamentario, tras la suspensión de agosto, sobre las actividades de la Administración del presidente Ronald Reagan bajo la enmienda Boland, que prohibió cualquier "ayuda, directa o indirecta, a las operaciones militares o paramilitares" de los contra en Nicaragu...

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El Consejo de Seguridad Nacional (CNS) norteamericano, dependiente de la Casa Blanca, ha dado consejo militar directo a los rebeldes antisandinistas" y "les ha ayudado a conseguir fondos de fuentes privadas", actividades presuntamente ilegales, según denunció ayer The New York Times.La revelación puede provocar un nuevo debate parlamentario, tras la suspensión de agosto, sobre las actividades de la Administración del presidente Ronald Reagan bajo la enmienda Boland, que prohibió cualquier "ayuda, directa o indirecta, a las operaciones militares o paramilitares" de los contra en Nicaragua.

La enmienda Boland, aprobada por el Congreso tras el minado de puertos nicaragüenses en 1984, fue derogada formalmente el jueves pasado, cuando Reagan firmó la ley, aprobada este mes por el Congreso, que otorga 27 millones de dólares (cerca de 4.500 millones de pesetas) de ayuda humanitaria para los rebeldes antisandinistas.

La Administración de Reagan espera que, gracias a esta ayuda adicional, los rebeldes dupliquen su fuerza de combate en el plazo de un año y obliguen al régimen sandinista a iniciar negociaciones. Según fuentes independientes citadas por la agencia Reuter, la principal agrupación insurgente en Nicaragua es la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), con unos 12.000 combatientes armados.

Junto a otros grupos pequeños, el total de las fuerzas rebeldes suma unos 15.000 milicianos. Las estimaciones hechas en Washington indican que en un año esta fuerza podría duplicarse, pero que es necesario llegar a los 45.000 combatientes para forzar al régimen sandinista, que tiene 64.000 soldados bien equipados, a sentarse en la mesa de negociaciones.

Los miembros de la Administración de Reagan confían en que habrá nuevas ayudas del Congreso en el futuro cercano para los rebeldes, pero las acusaciones de que el CNS realizó actividades presuntamente ilegales, mientras estuvo en vigencia la prohibición de ayuda a los contra, puede generar dificultades en la obtención de financiación adicional.

El presidente Reagan, cuando firmó el jueves la ley para otorgar 27 millones de dólares en ayuda no militar para los contra en los próximos dos años, negó que hubiera algo ilegal en las actividades del CNS. "No hemos violado ninguna ley", dIjo Reagan. El portavoz presidencial, Larry Speakes, agregó más tarde que "ningún miembro del CNS, en ningún momento, ha violado el espíritu o la letra de la legislación existente en relación con la ayuda norteamericana" a los rebeldes.

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Pero las denuncias indican que ha habido contactos militares entre el CNS y los rebeldes, y fuentes de la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA), citadas por The New York Times, afirman que "existe cierta intranquilidad" sobre las acciones del CNS.

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