Crítica:MÚSICA CLÁSICA

Música y músicos portugueses en Granada

ENVIADO ESPECIAL

La Oficina Musical de Oporto, que dirige Álvaro Salazar, el grupo de Jorge Peixinho, el de la Fundación Gulbelkian o el Festival de Estoril mantienen muy vivos en Portugal el espíritu y la práctica de la música contemporánea. Y es de celebrar que la colaboración entre los músicos de los dos países ibéricos se haya convertido en cosa habitual. En Lisboa, Oporto o Estoril menudean los estrenos y encargos de audiciones de nuestros músicos, y ahora el más importante festival internacional español ha abierto sus puertas al taller musical de Álvaro Salazar.

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ENVIADO ESPECIAL

La Oficina Musical de Oporto, que dirige Álvaro Salazar, el grupo de Jorge Peixinho, el de la Fundación Gulbelkian o el Festival de Estoril mantienen muy vivos en Portugal el espíritu y la práctica de la música contemporánea. Y es de celebrar que la colaboración entre los músicos de los dos países ibéricos se haya convertido en cosa habitual. En Lisboa, Oporto o Estoril menudean los estrenos y encargos de audiciones de nuestros músicos, y ahora el más importante festival internacional español ha abierto sus puertas al taller musical de Álvaro Salazar.

Aparte la evocación de las avanzadas y, en su momento, insólitas Piezas para cuarteto, de Stravinski, escritas en 1914, hemos escuchado muy bien interpretadas páginas de Alfredo Aracil (1954), Ramón Barce (1928), Felipe Pires (1934), Álvaro Salazar (1938) y Luc Ferrari (1929), muestras significativas de un par de generaciones musicales ni tan cercanas estéticamente como para confundirlas, ni tan separadas como para no poder relacionarlas.

La sonata de mayo, de Alfredo Aracil, nos habla de un perfil sin definición muy concreta. Todo cuanto hacen la flauta, el piano y la percusión es simple, espontáneo y manifiestamente intuitivo.

Homenaje al 'Che'

En su Música fúnebre para flauta, oboe, clarinete, percusión y trío de cuerda, el Ramón Barce de 1969 rinde homenaje abstracto a Ernesto Che Guevara a través de un juego estructural claro y preciso; todo un sistema que sirve al compositor para organizar sus ideas a partir de los diversos elementos formantes: el timbre, la melódica cromática, la metamorfosis temática y colorística, las relaciones temporales, las tensiones interválicas se ponen al servicio de una voluntad de comunicación cuya sustancia expresiva arriba hasta hoy desde los mares lejanos del posromanticismo.

Tautólogos III, para dos flautas, oboe, clarinete, vibráfono, piano y cuarteto de cuerda, supone uno de tantos trabajos de Luc Ferrari en los que se evidencia un pensamiento sutil, una técnica minuciosa y una fuerte articulación que defienden principios repetitivos, que unas veces someten nuestra tensión y otras se alzan como solución extrema. En todo caso, revelan una imaginación instrumental y acústica capaz de agitar nuestras potencias sensoriales.

Tanto Álvaro Salazar en Ludi oficinales como Felipe Pires en Monólogos ilustran con claridad la imagen actual de la música portuguesa. Dentro de la lógica diversidad de tendencias y procedimientos, muchos compositores lusitanos son capaces de conectar procedimientos bien sonantes y plenamente naturales propios de hoy con maneras todavía derivadas de los últimos restos de la escuela de Darmstadt.

La profesionalidad de sus músicos portugueses, la claridad de criterio del director y compositor Álvaro Salazar y el hábito cotidiano de interpretar esta música redundaron en versiones de alta categoría y, lo más importante, de gran fuerza explicativa.

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