Crítica:TEATRO

Hermano tostón

Tostón es una palabra muy descriptiva. La Academia antes la limitaba al marranillo asado y a otros alimentos suculentos; ya dice que se aplica a una cosa fastidiosa y pesada, y en la definición entra esta apología de san Francisco que Joaquín Grau trata de estrenar desde hace 12 años.La intención es bondadosa: la santidad lograda por la humildad y la pobreza, el ánimo simple y el amor universal, frente a una Iglesia organizada en torno al fundamentalismo. De cuando en cuando , el santo de teatro se vuelve hacia el público para extender en este mensaje, que abarca la densa de la ecología...

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Tostón es una palabra muy descriptiva. La Academia antes la limitaba al marranillo asado y a otros alimentos suculentos; ya dice que se aplica a una cosa fastidiosa y pesada, y en la definición entra esta apología de san Francisco que Joaquín Grau trata de estrenar desde hace 12 años.La intención es bondadosa: la santidad lograda por la humildad y la pobreza, el ánimo simple y el amor universal, frente a una Iglesia organizada en torno al fundamentalismo. De cuando en cuando , el santo de teatro se vuelve hacia el público para extender en este mensaje, que abarca la densa de la ecología, la condena del rearme y de otras formas depredadoras de la humanidad, acudiendo al amor evangélico y cristiano.

Hermano hombre

De Joaquín Grau Martínez. Intérpretes: Juan Carlos Naya, Agustín Navarro, Carlos Almansa, Víctor Sandoval, Jesús Lorente, Julio Escalada, Ángel Fuentefría. Dirección: José Luis Tutor. Estreno: Reina Victoria. Madrid, 19 de Junio.

Sin duda por ello, el Ministerio Cultura ha dado un millón de pesetas: al autor, en el programa, parece muy poco, pero también puede considerar que es un despilfarro del dinero público en tanto se vea como una alineación de tópicos dichos sin ningua novedad, en un lenguaje de escasa gracia y por un sistema repetitivo, como de oratorio o de letanía.

La simpatía de Francisco y sus frailes zangolotinos se nubla pronto por la penuria literaria y de composición teatral en que aparecen.

Los intérpretes no pueden ir ás allá de lo que el texto les ordena, y por su parte la dirección escénica tampoco les saca brillo. El decorado es simple y grato, y la música se deja escuchar.

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