El 'polígono ' que nunca fue

En 1966 trabajaban 1.700 españolas en Gibraltar, la mayoría de ellas, como chicas de servir. Un día fue molestada una de ellas por unos gibraltareños. El Gobierno español decidió que ninguna española volviera a trabajar.Esa fue la ocasión que encontró Confecciones Gibraltar, empresa constituida para acogerse a los beneficios de la industrialización de la zona, para lanzar su gran campaña: "Daremos trabajo a las mujeres que los gibraltareños maltratan". Su proyecto era una fábrica textil con 2.165 trabajadoras, más una fábrica de gafas, más una de pan dietético, más una de productos fármacéut...

En 1966 trabajaban 1.700 españolas en Gibraltar, la mayoría de ellas, como chicas de servir. Un día fue molestada una de ellas por unos gibraltareños. El Gobierno español decidió que ninguna española volviera a trabajar.Esa fue la ocasión que encontró Confecciones Gibraltar, empresa constituida para acogerse a los beneficios de la industrialización de la zona, para lanzar su gran campaña: "Daremos trabajo a las mujeres que los gibraltareños maltratan". Su proyecto era una fábrica textil con 2.165 trabajadoras, más una fábrica de gafas, más una de pan dietético, más una de productos fármacéuticos ...Todo ello en el polígono Campamento, muy cerca de La Línea Consiguieron la subvención máxima, 54 millones, sobre una inversión de 270 millones llegaron a cobrar 45 de aquellos 54 millones.

Pero algo empezó a oler a podrido en Confecciones Gibraltar, SA, en seguida. La empresa -cuyo consejero delegado, Pedro Castaños, sabía moverse en las alturas- contaba con accionistas influyentes para salir adelante. Entre ellos, Gonzalo de Borbón, que figuró en uno de sus consejos de administración o Sanchís Sancho, consejero de Franco.

El resultado de todo aquello fue desastroso para La Línea. Hoy el recuerdo es un edificio vacío, descompuesto, sin nadie trabajando para él.